Fue sobre todo y ante todo un hombre bueno, además de emprendedor gracias a su carácter inquieto
24 may 2020 . Actualizado a las 10:20 h.Ángel Vázquez Freire fue sobre todo y ante todo un hombre bueno. Sadense nacido en 1930, será recordado por todos como el inolvidable director de la coral de la Sociedad Recreativa Cultural y Deportiva de Sada. Pero Ángel no fue solo eso, fue mucho más.
Ángel nació en el seno de una familia emprendedora, explotaban una de las múltiples tejeras, fábricas de teja y ladrillo que eran muy abundantes en la zona en gran parte del siglo XX en Sada y que era una de las industrias más pujantes durante años. Los más antiguos del lugar no olvidarán la tejera de Angelito situada a orillas de As Brañas. Ese espíritu le acompañó toda su vida y fue lo que le llevó a invertir junto a más personas en una de las empresas más emblemáticas de Galicia, las Cerámicas do Castro y más tarde Sargadelos. En ella permaneció durante toda su vida laboral hasta su jubilación.
También, llevado por su carácter inquieto y junto a un grupo de locos visionarios, cofundó la Sociedad Recreativa Cultural y Deportiva de Sada en el año 1961. Entidad sin ánimo de lucro dedicada a divulgar la cultura, el deporte y cualquier tipo de actividad que dinamizara una Sada que en aquellos años tenía múltiples carencias en todos estos ámbitos. En esta entidad, de la que tengo el honor de ser su actual presidente, permaneció como directivo durante más de 20 años, en los cuales la Soci llegó a su máximo esplendor llegando a ser un referente en toda Galicia.
Pero sin duda, su aspecto más recordado será como director de la Coral de la Sociedad. En el año 1978, y junto a la recordada Florita Ramos, y llevado por su pasión por la música y animado por sus amigos, forma la coral más longeva de Sada. «Al principio no tenía ni idea, menos mal que tenía buen oído», dijo en alguna ocasión. Y menos mal que no tenía ni idea, bajo su batuta la coral de la Sociedad recorrió toda España y Portugal e incluso grabó un disco en 1988. Llegó a tener más de 50 integrantes que «son una gran familia» y que sin duda recordarán a Ángel como su gran maestro, amigo y algo más. Permaneció al frente de la coral durante 36 años hasta que lo tuvo que abandonar en 2014. Su etapa se cerró con una comida y concierto homenaje que se celebró con gran sentimiento y cariño hacia él.
Toda esa actividad social y cultural desarrollada por Ángel a lo largo de los años fue reconocida por el pueblo de Sada con la Medalla de Oro del Concello y el nombramiento como Hijo distinguido de la villa.
Aunque sin olvidar todo lo anterior, su mayor pasión fue su familia. Todos le recordaremos junto a la que fue su gran compañera desde los 14 años, su inseparable esposa Toñita, dando largas caminatas por el paseo marítimo. Caminando del brazo el uno con el otro, recordando, sin duda otros tiempos, y comentando innumerables anécdotas que habrán acumulado a lo largo de los años. Todos los que le conocimos sabemos que nunca era más feliz que cuando se reunía con toda su familia, empezando por su esposa, sus tres hijos, Mari Cris, Bety y Ángel, y hasta el último en llegar, Simón que solo tiene unos días. Me comentaban que el destino hizo que pudiera llegar a conocer a su bisnieto y tenerlo en brazos unos minutos, horas antes del fatal desenlace. A todos ellos les trasmitió su amor por la familia, por los amigos, por la música y por su querida Sada.
Como decía al principio, se nos ha ido un hombre bueno, en el sentido más literal de la palabra. «Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida, esos son los imprescindibles». Sin lugar a dudas nos encontramos ante una de esas personas. Me lo imagino ahora desde donde esté, que seguro que es un buen lugar, controlando si una voz entra antes que otra, si alguno da un tono equivocado o si Ángel hijo ha cogido chipis de la ría o viene de vacío después de salir al mar antes del amanecer.
Le echaremos de menos, pero no le olvidaremos, descanse en paz.