«En la otra inundación cobré en siete días, ahora llevo dos meses fuera de mi casa»

Dolores Vázquez SADA / LA VOZ

SADA

dolores vázquez

Una familia de Sada sigue a la espera de que le abonen los daños de su vivienda para poder volver

19 feb 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Gran parte de los afectados por las últimas inundaciones en Sada, de las que ayer se cumplieron dos meses, continúan a la espera de las indemnizaciones y una familia todavía no ha vuelto a su casa esperando por que el pago le permita arreglar una casa en donde aún son visibles los destrozos. Blas Sánchez Fernández adquirió hace más de 40 años el bajo izquierda del número 5 de la calle Culleredo. «¡Esta es la 13.ª vez que el agua se mete en casa, que no es una broma!», explica este vecino de 74 años, que convive con su mujer y su hijo. En cuanto el agua comenzó a entrar aceptaron la ayuda municipal y se fueron al hostal Miramar. Allí pasaron un mes, que aprovecharon para retirar las puertas y los muebles, inservibles, que llora, ya que habían sido adquiridos nuevos con la última gran inundación en el 2016. «Pudimos subir algo, pero perdimos el ordenador, una televisión que estaba en una mesa que el agua levantó y cayó, la lavadora que estaba en el patio subida a bloques también la hubo que tirar y la nevera funciona, pero le llegó el agua, al igual que a los colchones», relata ante una casa que parece arrasada. Las paredes están desconchadas, ya no tiene puertas ni marcos, y los enseres que salvaron están amontonados. Continúa con las ventanas entornadas para que las paredes sequen.

Vivimos de una pensión y esto es un problema. No tengo dinero para marchar, si no ¿no cree que lo haría?

«En la otra inundación cobré en 7 días, ahora llevo dos meses fuera de casa», se lamenta Blas, cuyas llamadas al perito no han acelerado el pago. Tras un mes en el alojamiento que puso a su disposición el Concello, cuestión que agradece, optaron por alquilar un piso en una zona próxima, por el que abonan 350 euros al mes. «Vivimos de una pensión y esto es un problema», reconoce, «No tengo dinero para marchar, si no ¿no cree que lo haría? Creo que el problema de huesos que tengo es de esta casa, la humedad es horrible», reconoce.

«Cuando compré me gustó el sitio y ningún vecino me advirtió», censura. Su casa, al estar en un bajo, podría no tener barreras arquitectónicas, pero ha subido el suelo un palmo a modo de aislamiento, sin lograr esquivar el problema. «El Concello renovó la calle, pero estas casas están por debajo de la cota del mar y se inundan cuando no desagua», relata. No es el único afectado que crítico con la demora y desde la entidad Vecinos Sada Unidos se pide al Concello que reclame ante Compensación de Seguros.