El hotel de Sada se enmaraña en el juzgado

maría ballesteros SADA / LA VOZ

SADA

Entrada del hotel.
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La jueza deberá aclarar quién es el acreedor preferente: la Diputación o Abanca, que es también comprador

22 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La venta del hotel Sada Marina a Abanca, que se realizó por subasta en septiembre, parecía ser por fin la solución para el enorme edificio del paseo marítimo sadense, una mole levantada en terreno público, con una concesión hostelera por delante de más de cuatro décadas y sin actividad alguna desde hace tres años. La resolución del proceso concursal en el que la concesionaria se vio inmersa ha complicado los plazos, que se han demostrado mucho más largos de lo que dio a entender el anterior gobierno local, quien abogó por la instalación inminente de una universidad privada que difícilmente hubiese podido materializarse.

Transcurridos cinco meses de la puja, la titular del juzgado de lo Mercantil número 2 de A Coruña todavía debe aclarar quién es el acreedor preferente de Sada Marina -la Diputación o la propia Abanca- antes de que se decrete por fin la adjudicación y el banco pueda tomar posesión del inmueble.

¿En qué situación se subastó el hotel?

Salió a subasta en septiembre por el 20 % de su valor de tasación, que en marzo del 2015 era de 1,85 millones de euros. Era la tercera vez que se trataba de vender el edificio en el juzgado. Al segundo intento, en el mes de julio, la puja mínima era del 50 % del valor, pero no se presentó ningún comprador.

¿Tenía alguna carga?

Los dos acreedores preferentes reconocidos fueron Abanca, que había concedido a la concesionaria dos préstamos hipotecarios, y la Diputación, a la que Sada Marina adeudaba 122.454 euros correspondientes al Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) que esta administración recauda en nombre del Concello de Sada.

¿Cómo se resolvió la subasta?

Abanca fue el único postor que optó en septiembre a la subasta del derecho de superficie del edificio, destinado exclusivamente a uso hotelero hasta que el Concello de Sada amplíe su uso en el PXOM, que tiene previsto llevar a pleno en breve. El banco se hizo con el edificio por 370.000 euros.

¿Por qué la venta aún no es efectiva?

El juzgado debe dictar un decreto de adjudicación, pero tiene que resolver antes un recurso de la concesionaria por un asunto formal y aclarar, sobre todo, cuál de los dos créditos privilegiados es más preferente. El administrador concursal, que ha llevado todo el proceso, consideró en su momento que la deuda con la Diputación estaba por delante de la de Abanca, pero el banco no está de acuerdo.

¿Qué supone para Abanca ser preferente?

Si la Diputación es considerada acreedor preferente por delante del banco, este deberá consignar el dinero de esta carga, pero si la deuda de Abanca prevalece sobre la de la administración provincial no tendrá que hacerlo.

¿Cómo se resuelve?

La secretaria del juzgado, que es la que deberá emitir el decreto de adjudicación, insta ahora a las partes a que promuevan lo que se denomina un incidente concursal para que sea la jueza quien resuelva la discrepancia, lo que puede retrasar la resolución final todavía unos meses.

¿Qué consecuencias tiene la demora?

La consecuencia más visible del paso del tiempo es el propio deterioro del edificio, que sufre importantes daños y en el que Abanca no va a invertir hasta que pueda tomar posesión del inmueble con todas las garantías. La situación del hotel también afecta a las propias arcas municipales, ya que el gobierno local ha elaborado sus presupuestos teniendo en cuenta el cobro del IBI de este año y de las cantidades atrasadas, que son las que se adeudan a la Diputación.

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