Le Cucú: Cocina desenfadada y creativa para un bistró francés en plena Ciudad Vieja de A Coruña

La Ciudad Vieja cuenta desde finales de junio con un nuevo local con aires de bistró francés en el que se combinan las propuestas gastronómicas creativas y atrevidas con una bodega selecta y los cócteles del más alto nivel. Se llama Le Cucú, un nombre sobre el que pretenden crear una comunidad de clientes disfrutona, desenfadada y divertida, como la carta que ofrecen, en la que cada plato está lleno de contrastes que conquistan.

Transformaron con acierto un antiguo establecimiento de hostelería —mantuvieron detalles como el suelo, la barra o algunas mesas— y le añadieron toques modernos y propios que hacen de Le Cucú un local acogedor que invita a quedarse, a hacer comunidad en una zona de la ciudad que está resurgiendo con fuerza. 

Tienen una carta corta, con apenas una decena de propuestas, y que, aunque sencillas sobre el papel, saben resolver gracias a la precisión en los tiempos de cocción y a los productos de calidad a los que recurren. Es así como una simple ensalada de tomate se convierte en una auténtica explosión de sabor gracias a unos tomates selectos de una huerta de Sada con una poderosa intensidad de sabor. La ensaladilla, que preparan al momento sin que pase por la nevera, también sigue esta línea, con ventresca y bonitos de primera, y acompañada por tres mayonesas. El brioche tostado de steak tartar se ha convertido por méritos propios en la estrella de la carta. Tanto el corte como el aliño de la carne lo convierten en un bocado perfecto para los devotos carnívoros. Hay veces que tienen fuera de carta una versión de atún y salmón igual de resultonas. Si se opta por algo más ligero con protagonismo de la huerta, tanto el mini calabacín —lo sirven con su flor— con reducción de naranja y mantequilla acompañado de pisto como el humus con sésamo, pimentón y cogollo a la brasa, serán todo un acierto. El toque dulce lo aportan una espuma de queso con membrillo con la que conjugan tradición y modernidad y otro plato con protagonismo del chocolate, en el que el aceite, la sal y el pan aportan unos contrapuntos divertidos.

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En Le Cucú no hay cabida para el aburrimiento, por eso tienen la idea de ir rotando la carta con los productos de temporada y elaborar platos desenfadados pensados para compartir e incluso disfrutar con las manos. Es un local que invita a entrar y dejarse llevar, ya sea por su cocina o por una bodega de lo más personal, que se completa de una variedad de cócteles en la que cada cliente puede encontrar el que mejor se adapte a sus gustos. El Negroni y el Aperol Spritz —incluso tienen una versión gallega— convertirán a quien los pruebe en todo un cucú.

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