Queixería Cagiao acaba de ampliar sus instalaciones en Paderne, mientras que la cooperativa Sofragal construyó una nueva nave para la transformación de castaña

M. Alfonso

El sector primario está lleno de oportunidades. De recursos que pueden convertirse en un buen negocio. Pero no siempre hay quien esté dispuesto a dejarse los dineros y el esfuerzo en este entorno. Por eso la Consellería do Medio Rural cuenta con una línea de ayudas para apoyar las inversiones que se realicen con el objetivo de transformar y comercializar productos agrarios. La Queixería Cagiao, de Paderne, fue una de las que se aprovechó de estas subvenciones. Recibió 152.000 euros para ampliar un negocio que lleva en funcionamiento desde el año 77. Sofragal es otro ejemplo. Los socios de esta cooperativa querían conseguir un mejor precio por sus productos y, para ello, recibieron 160.000 euros con los que construyeron una nave para la obtención de castaña deshidratada y harina. Ellos, al igual que otros muchos, decidieron apostar por los productos agroganaderos.

«Fixemos toda unha nave nova porque na que tiñamos estabamos moi apertados», explica Ángel Cagiao. Él es el responsable de la quesería del mismo nombre, un negocio que abrió en el año 77 y cuyas instalaciones se quedaron pequeñas. Consiste en una explotación de vacuno que, posteriormente, dio lugar a una quesería. «Levo trinta anos con ela. O meu forte é o queixo fresco, aínda que tamén facemos Ulloa», argumenta. Sus vacas producen alrededor de tres mil litros de leche al día y, en verano, se dedican íntegramente a la elaboración de los quesos, «o que me sobra de leite véndoo», añade. De hecho, en su fábrica pueden producir al día entre 900 y 1.000 quesos frescos, alrededor de un centenar de curados.

Ángel llegó al negocio del queso por una de esas casualidades. «O meu oficio é o do montaxe industrial, de feito toda a nave nova fíxena eu. Pero non me gustaba ser obreiro, así que me puxen coas vacas. Despois, oito persoas montaron una queixería e, un pouco por egoísmo, eu tamén puxen a miña. E estou moi contento de ter ido só», argumenta. Ahora está a punto de jubilarse, pero cuenta con relevo. Su hija se está poniendo al frente del negocio, aunque sus esperanzas están puestas en su nieto Víctor. «Gústalle moito a queixería. Ten só nove anos pero quere saber o porque de todo», explica. Así que, a pesar de que solo le quedan unos meses para retirarse, Ángel decidió meterse en faena y ampliar el negocio. Hoy tiene una nueva nave en Paderne, A Coruña, lista para seguir elaborando los mejores quesos de la zona.

Como la Queixería Cagiao otras 96 empresas de toda Galicia se beneficiaron el pasado año de una línea de ayudas que superó los 30 millones de euros. Esto significa que, en total, se invirtieron cerca de noventa millones en la creación y mejora de industrias destinadas a la transformación y comercialización de productos agrarios en el medio rural. Sofragal Sociedade Cooperativa Galega fue otra de las firmas que recibió estas ayudas. Los 160.000 euros financiados por la consellería permitieron poner en marcha una nave para la transformación de la castaña, que supuso una inversión final de 359.652 euros. Hasta ahora, esta cooperativa que nació en el año 2013, se dedicaba únicamente a la explotación de castaña en fresco, «e nos víamos na obriga de aceptar o prezo que nos daban os intermediarios», explica Enrique González, ingeniero de la consultoría Geysa SLP, que ha llevado toda la ampliación de esta firma. Por eso decidieron poner en marcha su propio centro de transformación, que ya está listo para realizar las primeras pruebas. En él pueden, ahora, secar la castaña y elaborar diferentes tipos de harina.

Durante el pasado año, 96 empresas se beneficiaron de las ayudas de Medio Rural La cooperativa cuenta actualmente con cerca de quince hectáreas de castaño, pero su intención es alcanzar las veinte hectáreas a lo largo de los próximos cinco años, lo que le permitiría ampliar su producción hasta rondar los 50.000 kilos. Su intención es la de abandonar la línea de fresco, para concentrarse en la castaña deshidratada y en las harinas. Un mercado que, aseguran, tiene mucho potencial. «A fariña pode empregarse para facer rebozados e doces e, ademais, ten a vantaxe de que non ten glute», insiste González. Por eso han construido una nave de 450 metros cuadrados en el parque industrial de Nogueira de Ramuín donde, además, son la primera firma en instalarse. Esto les permitirá desestacionalizar la actividad de la cooperativa y aumentar su margen de beneficio, al realizar ellos mismos la transformación del producto.

Trece pequeños propietarios forman esta cooperativa, que está abierta a todos aquellos que quieran recuperar este cultivo tradicional, «sabemos que hai moitos soutos abandonados», insiste González. La nueva nave está por ahora en pruebas, «estamos estandarizando os procesos de secado, vendo a velocidade do pelador...», añade. Pero su intención es que el año que viene «transformemos o cen por cen da produción». Entonces, producirán alrededor de 15 toneladas de castaña seca y 2.500 kilos de harina.