Un vertido con olor a cloaca agrava la costa de Bergondo

Toni Silva BERGONDO / LA VOZ

PADERNE

Los vecinos de Moruxo descubrieron agua con espuma cruzando la playa de O Regueiro, cerca de O Pedrido

05 ago 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

La playa de Gandarío y la de O Regueiro, ambas en el municipio de Bergondo, parecen haber abierto una competición por ser la más contaminada. Después de que el arenal próximo a Sada fuese motivo de un estricto seguimiento por las autoridades sanitarias, este fin de semana fue en O Regueiro donde los paseantes -el sábado no era día de playa- descubrieron una desagradable sorpresa. Un arroyo de agua cargada de espuma que desprendía un olor nauseabundo cruzaba el arenal rumbo al mar, lo que levantó la protesta de los vecinos de la parroquia de Moruxo.

Además, los movimientos del mar con las últimas mareas habían excavado una pequeña poza donde se acumuló el agua contaminada. «El olor era insoportable, no se podía respirar, el domingo volvimos y, aunque no olía con la misma intensidad, se seguía notando mucho», explicó a este periódico una vecina de Moruxo, quien recuerda otros vertidos en el primer semestre del año. «Entonces la espuma llegaba en pequeñas porciones, pero este fin de semana era un hilo continuo con tonalidades marrones y olor a cloaca», añaden.

Los residentes de la zona señalan con el dedo acusador al edificio que corona la playa de O Regueiro, el centro de Promoción de la Autonomía Personal de Bergondo, así como la pequeña depuradora de las proximidades. Pero recientes exámenes de Viaqua descartaron cualquier fuga de estos lugares y motivaron una investigación en las tuberías de Moruxo, donde se descubrieron fugas o falta de conexiones con la red de saneamiento en varias viviendas.

También en esta zona, en la orilla de Paderne, un empresario dedicado a cultivos marinos acusó a los vertidos de O Regueiro de acabar con la producción de ostras y almejas de todo un año.

El Ayuntamiento de Bergondo también está pendiente de la analítica de una muestra recogida la semana pasada junto a un cámping de Gandarío, donde un caño del recinto vertía directamente a la red de pluviales que, desemboca, finalmente, en la playa cercana.