Los daños de los maderistas obligan a Oza-Cesuras a contratar un vigilante

El Ayuntamiento de Oza-Cesuras acaba de contratar los servicios de un guardia rural con el objetivo de que se cumpla la ordenanza de corta y retirada de madera en su municipio. Detrás de esta medida están los importantes daños constatados por el gobierno local en varias zonas del municipio por la mala praxis de algunos maderistas.

El alcalde del municipio, Pablo González Cacheiro, indican que «evidentemente no son todos, hay muchos que respetan las normas, pero los que no lo hacen nos destrozan los caminos y hacen más complicada la vida de los vecinos que utilizan esas vías».

Oza-Cesuras tiene una extensión de 155 kilómetros cuadrados, «muy difícil de controlar para actividades de este tipo», añaden el regidor. Por eso han optado por contratar a un guarda rural que haga labores de control y vigilancia. En líneas generales, los maderistas que quieren operar en Oza-Cesuras dejan un aval para los daños que puedan causar y luego se hacen cargo de su reparación. «Pero hay algunos que ni asoman por las oficinas para dejar ese aval, trabajan en la sombra, talan, destrozan y se van», explica González Cacheiro, quien pide mejor interrelación con otras Administraciones para poner fin a este tipo de problemas. «Todos los permisos forestales se solicitan a la Xunta, pero luego nadie nos avisa de que alguien va a venir aquí a cortar madera, solo los que se apuntan legalmente y dejan el aval en el Concello. Si nos informaran, entonces ya no haría falta esa labor de vigilancia, iríamos a los puntos exactos de este amplio municipio donde trabajan maderistas», reflexiona el alcalde. El actual guarda rural estará contratado varios meses hasta que la plaza salga a concurso.

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