Quizá por su experiencia laboral como camionero siempre fue consciente del peligro de este paso en medio del pueblo. «Y ahora lo vivo con la silla. Cuando tuve el niño hace 10 años nos daba pavor cruzar con el carrito», recuerda este hombre de 55 al que la enfermedad le obligó también a apearse de la bicicleta, una de sus grandes aficiones. Pero no transmite pesimismo, al contrario, sigue luchando desde sus nuevas condiciones para el bienestar de sus vecinos. Por eso ha decidido exponerse ante la cámara de Ángel Manso, para reivindicar una solución que ya fue prometida hace diez años con motivo del anuncio de la fusión municipal. A cada alcalde se le ofreció una prebenda por la valentía de dar el paso. Julián Lucas, entonces regidor de Cesuras, pidió un centro de mayores en el viejo sanatorio de O Paraxón, un edificio diseñado por el arquitecto Rafael González Villar, que va camino de cumplir un siglo como ruina.
Y el alcalde de Oza dos Ríos, hoy del municipio fusionado, Pablo González Cacheiro, ya le presentó a la entonces ministra de Fomento, la gallega Ana Pastor, su plan para horadar el viaducto por varias zonas. González Cacheiro se paseó por todas las Administraciones, arañando pequeñas ventajas financieras para el nuevo municipio, pero nadie le hablaba del viaducto. «Con Ana Pastor llegamos a firmar un convenio conforme iban a hacer todo lo posible para solucionarlo», recuerda el alcalde del PP. Diez años después, lo que tiene (desde abril del 2021) es un proyecto redactado por el ADIF que recoge un nuevo acceso próximo a la carretera, una obra que cuesta 4 millones de euros, poco menos que el presupuesto del municipio fusionado. Pero ninguna Administración ha levantado la mano para hacerse cargo.