Un palleiro de 24 años

Toni Silva OZA-CESURAS

OZA-CESURAS

CESAR DELGADO

Donato es la mascota más longeva de esta veterinaria de Oza dos Ríos

10 mar 2019 . Actualizado a las 00:23 h.

Está ciego de un ojo. En el otro, la catarata le permite guiarse por sombras. Camina de forma lenta pero María Ortega, su dueña, asegura que está muy ágil para su edad. «Si ahora entrase aquí una perra en celo comprobarías que Donato sigue con muy buena salud», enfatiza. Estamos en un local semivacío del centro de Oza dos Ríos, pegado al popular restaurante El Moderno. María está acabando de instalar su clínica veterinaria, sin perder de ojo a Donato, porque en los últimos días le ha sobrevenido un pequeño achaque cardíaco. Y Donato tiene 24 años, dos vidas de perro, como si un humano rozase los dos siglos.

Con toda su experiencia entre animales, María no recuerda un episodio de longevidad como este. «Tuve un cliente cuyo perro murió a los 21, pero de todos los que yo he conocido, Donato es el mayor», dice María mientras el perro olisquea las esquinas de la nueva clínica veterinaria, que dispone de una popular lareira en la entrada. «Ahí pondré una serie de colchonetas de acogida para los animales que vengan, quiero que sea algo hogareño», explica.

¿Por qué Donato? Para responder María invita a mirar las patas delanteras del perro. «¿Ves? Son más largas de lo normal, están arqueadas, así que en vez de caminar parece que va bailando samba», se ríe María.

Donato nació el 3 de febrero de 1995. Así consta en la ficha. Pero María lo tiene desde el 2003. Lo conoció en la protectora de animales de Lugo, donde entonces trabajaba esta ovetense. «No fue un abandono como muchos, la dueña estaba desesperada con él, el perro se peleaba con todos los machos, y acabó entregándolo», recuerda María, quien fue testigo de cómo varias familias se lo llevaban a su casa para regresar al poco tiempo repitiendo el mismo argumento. «Se pelea con todos», decían. Así que, a finales del 2003, María se lo quedó para ella y el problema ya no se reprodujo. «Es cierto que había que estar pendiente de él, pero la convivencia no ha sido traumática», comenta esta profesional en cuyo currículo figura su trabajo en Montegatto (un centro especializado en adiestramiento canino que dirige Octavio Villazala) y un criadero de dóberman en Lugo.

Donato es, por su edad, el más especial de los quince perros que tiene en su casa María Ortega, además de dos gatos y un caballo.