Denuncian ante Patrimonio otra agresión a una mámoa de Oza-Cesuras

Antón S. Rodríguez LA VOZ / OZA-CESURAS

OZA-CESURAS

Es el segundo incidente en menos de dos años sobre la misma tumba del 2.500 a. C. ubicada en el Monte do Gato

15 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

En el Servicio de Patrimonio Cultural de la Xunta acaba de registrarse la denuncia por agresión a una mámoa en la necrópolis megalítica del Monte do Gato, en el municipio de Oza-Cesuras. Lo más grave de la situación es que estamos -según el denunciante, Xabier Moure- ante un hecho reiterado, ya que en este mismo rincón agreste de la parroquia de Rodeiro ya se paralizaron las máquinas hace año y medio, cuando se estaba acondicionando el terreno para una plantación, supuestamente de eucaliptos. Ahora, Xabier Moure, junto con el investigador Luis S. Seoane, se ha encontrado con un nuevo «ataque» a esta tumba construida antes del 2.500 a. C., con una parcela totalmente arrasada y donde vehículos pesados han causado graves alteraciones. «Puxemos esta nova denuncia para que, dunha vez por todas, se tomen medidas urxentes para deter a desfeita e, a un tempo, se abra un expediente sancionador contra os responsables destes atentados contra o patrimonio», explica Xabier Moure, experto en este tipo de necrópolis y quien ya ha facilitado a la Xunta la referencia patrimonial de la mámoa dañada.

«Está máis que claro que aquí non cabe alegar descoñecemento, e si premeditación, quen ordenou actuar sobre a mámoa era consciente do que había -indica Moure-; lamentablemente, xa nada se pode facer por este importantísimo ben patrimonial, pero a Administración debe actuar de forma inmediata e con contundencia, e así llo requirimos, contra os responsables dos atentados».

Al margen de las responsabilidades penales, la Administración autonómica establece multas muy cuantiosas recogidas en la Lei do Patrimonio Cultural de Galicia, donde las sanciones graves se castigan con multas de entre 150.000 y un millón de euros.

Moure y Seoane ya han denunciado recientemente otras agresiones similares en otros puntos de la comunidad, como Friol, donde la ampliación de un polígono industrial destrozó una mámoa; Pontedeume, también por una plantación de eucaliptos, o en el entorno de la urbanización Costa Miño.