La fuente de la discordia

Toni silva OZA-CESURAS / LA VOZ

OZA-CESURAS

Varios vecinos de Dordaño posan junto al cierre que les impide el acceso a una fuente que reclaman de uso público.
Varios vecinos de Dordaño posan junto al cierre que les impide el acceso a una fuente que reclaman de uso público. CÉsar Delgado< / span>

Vecinos de Oza-Cesuras llegan a los tribunales por el uso de un manantial

31 may 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Es más fácil fusionar dos municipios que eliminar las rencillas internas de una parroquia. Oza y Cesuras son un único ente administrativo desde hace un par de años, pero en su interior sobreviven problemas enquistados de cuando caminaban por separado. Una fuente en Dordaño, muy próximo al colegio de Cesuras, se acaba de colar en los tribunales. Un grupo de vecinos lleva años litigando por la Fonte Varela, también conocida como Do Pardiñao, después de que el último propietario de la finca donde se encuentra el manantial decidiera cerrarla. Con decenas de papeles acudieron al Concello, entonces gestionado por Julián Lucas, reclamando su derecho al agua que allí mana, alegando el uso público de la fuente recogido en un acta notarial de la anterior propietaria de la finca en 1972.

Además, han elevado la queja a Augas de Galicia, a quien también acudió la parte demandada, el nuevo propietario de la parcela, Rubén López, si bien la voz cantante en este pleito recae a través de un poder en su madre, Josefina Recouso. El Concello de Cesuras proyectó la construcción de una nueva fuente y un lavadero a pocos metros y en el entorno de la iglesia de Dordaño, a donde desembocan las aguas del polémico manantial. Y los vecinos acusan a Josefina de alterar el caudal del agua hacia estas nuevas estructuras «hechas con dinero municipal». Pero la propietaria del terreno donde brota la Fonte do Pardiñao niega la mayor, incluso asegura que son terceras personas las que realizan los cortes de agua, especialmente cuando hay previsto que acuda mucha gente al entorno de la iglesia, «para luego echarme a mí la culpa». Además, asegura que si bien la finca tiene un cierre, este no es total y se puede acceder a la fuente. «He visto a gente coger agua y no les he dicho nada», apostilla Josefina, quien recalca que el conflicto nace por otros motivos ajenos al agua. «Antes de comprar la finca, aquí había ganado pastando y ahora no pueden, la parcela estuvo varios años a la venta, ¿por qué no la compraron?».

Desde el Concello de Oza-Cesuras, el secretario José Sánchez Presedo, apunta al origen del embrollo legal a la concentración parcelaria. «Todos miraron sus fincas pero nadie se preocupó de que se recogieran las fuentes con servidumbre de paso», indica.