Asalto pacífico al castro de Subiña con el golfo Ártabro a las espaldas

CRISTÓBAL RAMÍREZ

OLEIROS

cristóbal ramírez

Esta es una ruta por Oleiros para hacer en coche una parte y caminando el resto

20 may 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Esta es una ruta para hacer en coche una parte y caminando el resto. Depende del ánimo e interés de cada cual. El inicio es el conocido y siempre entrañable —¡castro cerrándolo por la derecha y naturaleza por todas partes!— puerto de Dexo, con su fuente que sí funciona. Déjese ahí el coche y justo pegado a la ribera, pasado un cartel que ensalza con justicia las bellezas de esa costa, arranca a la izquierda un camino que siempre va a ser ancho y cómodo a pesar de las numerosas raíces que lo jalonan.

Lo más difícil es la larga salida inicial. Nada del otro mundo, no resulta insalvable para nadie con las excepciones de rigor, pero las piernas están frías.

La panorámica debe ser calificada de impresionante, con las aguas que delimitan el golfo Ártabro ante los ojos. También está al frente A Marola, y como telón de fondo, aunque sin duda no enaltece la estética, el puerto exterior de Ferrol.

A lo largo de la subida arranca a la diestra algún que otro sendero de pescadores. La recomendación es ni pisarlos —y mucho menos si se camina con menores— si no se quiere aumentar un nivel de riesgo hasta ahora inexistente.

En un cuarto de hora, deteniéndose a escuchar los múltiples y variadísimos cantos pajariles, se alcanza la parte alta y se cruza una pista que conduce por la diestra a una vivienda. Esa zona se llama Rasa, topónimo que le viene al pelo.

Y toca bajar y, por supuesto, luego subir: la Rasa queda atrás y esto es la costa gallega. En diez minutos más se alcanza un cruce de la llamada R4 Seixo-Furnas. La elección correcta es la de la izquierda, que conduce al castro de Subiña, el cual dista desde ahí únicamente 690 metros.

Esa es la peor parte. O para ser más exactos, lo son los metros finales. En Galicia, concello de Oleiros que pisa el excursionista incluido, la vegetación crece imparablemente, por suerte, y el acceso al castro resulta incómodo, sobre todo si alguien ha tenido la idea de correr la aventura en pantalones cortos.

La aldea prehistórica muestra sus defensas adulteradas por alguna construcción que no hay que dudar de que tenga sus correspondientes licencias, pero tal concesión semeja, al menos, insólita. La nueva corporación ya tiene su primer trabajo: limpiar el castro.

Y luego, tres alternativas: una, desandar lo andado; otra, ir al puerto de Dexo por pista asfaltada sin tráfico (sinceramente, no merece la pena); y la tercera, si alguien no ha caminado y se ha quedado en el punto de partida, que acerque el coche.

INICIO

43º23'55”N 8º19'48”W.

PARA NIÑOS

Ningún peligro si no se apartan de camino principal.

EN BICICLETA

Solo expertos

APARCAMIENTO

Amplio en el puerto de Dexo.