Os Cotarelos, el castro inédito de Dexo

D. Vázquez OLEIROS / LA VOZ

OLEIROS

Un arqueólogo coruñés publica un informe para dejar constancia bibliográfica de un yacimiento que halló y que no estaba catalogado

15 may 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

«Os castros nas Mariñas están moi ben documentados», explica el arqueólogo David Fernández Abella, que acaba de publicar la primera referencia bibliográfica de un castro en la costa de Oleiros, Os Cotarelos. Un yacimiento inédito en Dexo, Oleiros. Él mismo lo descubrió hace años de manera fortuita. «Hai moitas cousas que os arqueólogos catalogamos e a xente non coñece, se non o publicas queda nun caixón ou nun catálogo, que está moi ben a nivel de protección, pero esta é a maneira de que a sociedade o poida aproveitar», apostilla este investigador del grupo Ecopast de la USC.

En un paseo en el 2015 por las rutas de senderismo que arrancan del Portiño de Dexo le llamaron la atención unos montículos y comenzó a hacer averiguaciones similares a cuando se hace una prospección, «interpretei que había un xacemento arqueolóxico sen catalogar, notifiqueino a Patrimonio». Fernández Abella explica que «é un xacemento atractivo pola ubicación, é moi interesante».

En su trabajo comenta que «ha permanecido oculto hasta tiempos recientes, que las nuevas tecnologías han permitido su correcta definición morfológica». Fernández Abella indica que el de Os Cotarelos ya era «conocido, o al menos comentado como posible castro entre los vecinos y conocedores de la realidad arqueológica de la zona desde hace tiempo», pero no fue hasta el 2015 cuando se catalogó. «Se trata de un yacimiento costero fortificado de difícil caracterización que, de acuerdo con los materiales observables, podría ser de la Edad de Hierro o posterior», precisa e indica que tiene forma alargada y ocupa unas 1,7 hectáreas, «si bien hay que tener en cuenta que está afectado por los procesos erosivos costeros y su superficie original probablemente sería mayor».

Especifica que en el este y suroeste discurren dos pequeños arroyos, que «aprovisionarían de agua el enclave». Actualmente, en el este hay un lavadero de cemento y un molino tradicional situado aguas arriba.

El castro consta de dos recintos con forma de óvalo con esquinas redondeados y un foso defensivo rodea al recinto principal, que cuenta con una roca, conocida popularmente como A pena da Rocha, que «podría sugerir la idea de una ocupación de época tardoantigua-altomedieval por confirmar».

Respecto a su estado de conservación, remarca que es difícil de valorar, ya que el castro está cubierto de vegetación de monte bajo y ambos recintos han sido cultivados hasta tiempos recientes, «con la alteración de las estructuras que esto supone: rebaje de las murallas, apertura de accesos, regularización de las parcelas, alteración de los estratos arqueológicos superiores, etcétera». También influye que actualmente discurre por su recinto principal una ruta de senderismo que es utilizada por ciclistas con bicicletas de montaña, «con la erosión (especialmente en zonas de pendiente) que este tránsito produce». En la zona se ha localizado algunos fragmentos cerámicos, uno de ellos coincidente con la tipología de las propias de la Edad de Hierro.

Fernández Abella califica este castro como atípico, «diferente de gran parte de los castros costeros ártabros, que se suelen ubicar en cabos más expuestos y elevados; suelen estar dotados de mejores condiciones defensivas naturales. Suelen ubicarse en sitios en los que necesitarían menos esfuerzo defensivo para fortificar su hábitat, concentrándolo en un solo punto, y no en dos terceras partes de su configuración, como es el caso».

Con estos datos, indica que solo una intervención arqueológica permitirá «identificar o clarificar funcionalidad y cronología de ocupación». Este arqueólogo vincula el nombre de Os Cotarelos al juego de parapetos defensivos que presenta. En su publicación también recoge una leyenda asociada a la roca, recogida por B. Comendador, X. Ferrer y S. Vázquez, sobre una cueva con un tesoro, en el que se relata que un barco se salva de un naufragio guiado por la imagen de una mujer.

En su publicación también recoge que Oleiros dispone de «un número no desdeñable de castros, un total de 12» y explica que su estado de conservación es desigual, «alterados antrópicamente por grandes modificación de la histórica actividad agrícola del entorno y sobre todo la fuerte presión urbanística de los últimos setenta años». También precisa que solo se ha intervenido en el «entorno del castro de Xaz, sin resultados de interés, y el castro de Edreira o do Castelo, localizándose restos arqueológicos del acceso al recinto fortificado y documentando el foso defensivo».