El listo que se salta la caravana

Alfonso Andrade Lago
Alfonso Andrade CRÓNICAS CORUÑESAS

OLEIROS

12 jun 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

La viveza ajena toca un poco las narices; la verdad es que sí.

Sí, porque tú, que eres un conductor paciente y respetuoso, llevas ya un cuarto de hora en esa caravana que se forma en la N-VI por las obras en el cruce del Sol y Mar (Perillo, Oleiros). Te asas de calor, pero mantienes la disciplina de carril en el lado derecho de la carretera para guardar el orden de la fila. Circular por la izquierda hasta el estrechamiento es tentador: ahorras metros, tiempo y paciencia. Tal vez te lo planteas, pero al final te contienes y esperas tu turno. Por educación, por respeto.

Sin embargo, no todo el mundo es como tú. Y la verdad es que resulta molesto ver pasar lanzado por el carril izquierdo al listo que avanza medio kilómetro de un plumazo y se salta un cuarto de hora de retenciones e insolación. Y es ahí cuando piensas: «¡Vaya, hombre! Pues no es que yo le desee grandes males a nadie, pero ojalá todas sus muelas tengan caries».

Hay que decir que, al menos de momento, no son excesivos los conductores que merecen torno odontológico. A ojo de buen cubero diría que el 90 % de ellos respetan la cola, aunque la gente empieza a hartarse un poco de la actitud altiva de ese 10 % restante, grupo en el que aparecen también, es cierto, despistados sin mala fe. Pero en esa zona ya se ven conductas tensas al volante: ahora me pego al de delante para que tú no puedas cambiar de carril, ahora te fulmino con mirada aviesa para que ni se te ocurra cruzarte en mi camino...

De momento, el Sol y Mar no es La autopista del sur, pero la paciencia se desploma a medida que trepa el mercurio. Agentes... no he visto ni el primero, y no estaría de más regular un poco el asunto antes de que acabe con más de uno en el dentista.