Oleiros reivindica con una protesta su hostelería, que podrá reabrir el sábado

d. vázquez OLEIROS / LA VOZ

OLEIROS

Eduardo Pérez

Una hora después de que se convocara la concentración se supo que la Xunta permitirá consumir en el interior

25 may 2021 . Actualizado a las 21:59 h.

Con las terrazas acogiendo a los clientes en una de las horas punta de la tarde y en una situación compleja para el sector, la respuesta a la protesta, convocada este martes en Santa Cristina, por las restricciones puestas a la hostelería en Oleiros desde el día 14 fue comedida. Sin embargo, el discurso del alcalde, Ángel García Seoane, no perdió contundencia. «Hai 40.000 habitantes e só 23 contaminados, o mes pasado cando estaban abertos os negocios había 66», comentó a modo de comparativa cuestionando que la Xunta no optase por aligerar las restricciones la semana pasada cuando sumaban 55 «e podían abrir».

García Seoane defendió la convocatoria de la concentración y en vez de avances en la apertura reclamó «chanzos de xigante na escaleira e que abríramos da forma que hai que abrir para que os negocios funcionen». Recordó que con un sector de la construcción en alza se necesitan negocios para atender a los trabajadores.

«Hai unha hostalaría moi boa e hai que protexer a situación de centros de persoas, non só de hostaleiros, senón de camareiros e dos que veñen a subministrar, un montón de persoas de servizos que viven a conta da hostalaría», apuntó, calificando de «desastre» la situación que está viviendo el sector.

Solo una hora después del horario de la concentración, la Xunta anunciaba que Oleiros quedaba, como el resto de la comarca coruñesa, en nivel de restricciones medio bajo. Ya se lo habían adelantado los responsables autonómicos, pero el regidor consideró necesario escenificar el descontento, no solo por las restricciones, también por las distinciones entre negocios y en contra de la política de sanciones, que no respalda y que considera inútiles. «Que gobernen e se deixen de caralladas», apuntó.

Rosa Sende, propietaria del restaurante Antiquo, fue una de las que secundó la protesta. «Tuvimos que cerrar, tenemos cuatro mesas en la terraza y te dejan dos, la verdad es que esta vez me enfade mucho», reconocía. «Ves que abren otras cosas y siempre se carga contra los hosteleros», comentó.

Javier Giucliarelli y su socio Martin Mariño, de la parrillada la Casona La Raqueta, también acudieron y reconocían que no entendían el cierre cuando se han cumplido todas las medidas de seguridad impuestas y han hecho inversiones en equipo. «Tenemos terraza, pero el aforo del 50 % te limita mucho», comentaron.

Mientas, Javier Gómez, de la pizzería Piccolo Mondo, reconocía que con las restricciones «no da para sobrevivir» en cuanto a la atención en el local, aunque en su caso se considera privilegiado al tener mucho encargo para domicilio. Sin embargo, como respaldo al sector acudió «para facer forza».

Un festival de cuatro días para Santa Cristina

El alcalde hizo una encendida defensa del mundo de la verbena y de la cultura en su intervención. «Estanno pasando peor ca vos», les dijo a los hoteleros, antes de que estos respondieran con un aplauso solidario. Aprovechó el respaldo para anunciar que Santa Cristina acogerá un festival «moi grande» de cuatro días. Todavía resuenan los ecos de la Festa dos Mundos, el celebrado en el 2004, que reunió 165.000 personas.