Marta Viguera inauguró esta semana la nueva botica, fundada por sus abuelos a mediados del siglo pasado y a la que, por primera vez, no hace falta subir escalones para acceder
28 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Nicasio es un vecino de Mera de toda la vida. Pero hasta ayer nunca había podido entrar en la farmacia de la localidad. Los míticos escalones de piedra de la botica le impedían acceder al establecimiento porque se desplaza en silla de ruedas al igual que Tonecho, otro ilustre de la zona. «Tonecho todavía no vino, pero Nicasio ya estuvo ayer. Todo Mera está encantada con cómo quedó y me hablan de la luz, de la comodidad, de la accesibilidad...», comenta la farmacéutica Marta Viguera. El año que viene se cumplen 70 años de la inauguración. Lo fundadores fueron sus abuelos, Eduardo Mosquera y Elvira Tuñas, pero ya sus bisabuelos y tatarabuelos tuvieron farmacia en la plaza de España de Pontevedra. Marta tomó el relevo en 1998 y se puso detrás del pequeño mostrador al mando de, posiblemente, unas de las boticas más pequeñas que existen. Que hacía falta renovar un negocio de mitad del siglo pasado estaba claro, pero Marta se lo pensó mucho. «Quería algo con personalidad propia, con un sello especial», apunta. Sí, porque la farmacia de Mera no será de las más grandes, pero es la que tiene las mejores vistas. Ahora la playa sigue presente, pero dispone del doble de espacio al haber ocupado el garaje y un almacén. Para la puesta de largo creo unas galletitas con el nombre y logotipo del negocio y la frase 70 años cuidándote. «Tengo lo que tenía, pero puedo atender mejor. Sigo apostando por la cercanía, la amabilidad y la alegría. Se trata de ofrecer muchos servicios a la gente y solucionarles problemas», afirma mientras muestra el faro y el barquito que incluyó en la decoración. La farmacia de Mera se renovó después de 70 años, pero Marta y sus inseparables Dolores Guyatt y Bibi Seijo siguen siendo las misma de siempre.