«Casi atropellan a mi hijo y por aquí tienen que ir a 30 por hora»

La Voz OLEIROS / LA VOZ

OLEIROS

ANGEL MANSO

Vecinos de la urbanización de Os Regos piden bandas rugosas para su calle

17 sep 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El río Tambre tiene un caudal generoso que discurre con una velocidad moderada hasta su desembocadura en las proximidades de Noia. No obstante, tiene algún tramo, conocido como el Salto de la Cabra, entre Ponte Alvar y Portomouro, donde el agua pisa el acelerador. Este río ha bautizado a una de las calles de la urbanización Os Regos, en Oleiros. Es la única vía con sentido de bajada. A diferencia del río, tiene una calzada estrecha, pero también tiene puntos en común con la corriente fluvial: el Salto de la Cabra, es decir, la velocidad con la que muchos coches se toman este tramo donde viven decenas de familias. Toda la urbanización, próxima a Santa Cruz, tiene un límite de velocidad de 30 kilómetros por hora. Pero en la calle Río Tambre, de las pocas sin bandas rugosas que ayuden a moderar la conducción, cada vez son más frecuentes los episodios de peligro con niños que cruzan o chavales que avanzan en bicicleta. «El pasado día 16 casi se produce un atropello de un menor, no siendo este percance el primero que sucede».

Escrito al Concello de Oleiros

La frase forma parte de un escrito presentado por José Carlos Taboada al Ayuntamiento de Oleiros hace un mes, y el hecho que denuncia sucedió el 16 de agosto. «Algunos vehículos exceden, por mucho, la velocidad de 30 kilómetros por hora», añade en el escrito, donde solicita la colocación de algún tipo de banda rugosa para obligar a los coches a cumplir los límites.

-¿Pero por esta calle pasa gente que no sea de la urbanización?

-Sí, muchos lo toman como atajo para ir al campo de fútbol de Os Regos. También los repartidores que van al supermercado.

La urbanización tiene tres entradas, quizá esta sea la más enrevesada para acudir a los lugares de interés común, pero aun así, el tráfico es bastante denso y peligroso, según Taboada, quien espera que antes de final de año se haya tomado una medida por parte del Ayuntamiento de Oleiros. «El escrito es de finales de agosto, sabemos que esto no es inmediato, pero esperemos que tomen alguna medida pronto».

Los niños, sin bicicleta

Con estas circunstancias, este rincón de Os Regos ha perdido el carácter de barrio residencial, donde los derechos de los peatones se anteponen a los vehículos. Mati Masó, vecina de la misma calle, ha prohibido el uso de bicicletas a sus dos hijos. «La gente viene rápido por la carretera de Santa Cruz y mantiene la misma velocidad por la urbanización, es muy peligroso», denuncia. La semana pasada, José Carlos Taboada aparcó en la acera delante de casa. Cruzó cuando vio que no venía ningún coche. Le seguía su hijo, que se entretuvo unos segundos. «Y solo en ese instante, apareció un turismo a toda velocidad que casi se lo lleva por delante», sentencia.