Es un veterano que conecta como nadie con los jóvenes. Algunos de sus vídeos llegaron al millón de visualizaciones. «Me mandan agradecimientos de todas las partes del planeta», asegura tan ilusionado como sorprendido. La aplicación TikTok, muy utilizada por los chavales para ver y compartir vídeos, contactó con él y otros usuarios con muchos seguidores para llevar a cabo mañana domingo una clase en directo de Matemáticas para toda España coincidiendo con que todos tenemos que permanecer en nuestros domicilios. Pues este hombre que arrasa con sus clases de matemáticas de un minuto en la citada aplicación, este profesor que subió más de 300 vídeos a YouTube que ayudan a cantidad de estudiantes, este fenómeno es gallego y tiene 70 años. «Mi idea siempre fue ayudar a la gente», afirma Carlos Maxi Bárcena Giráldez, de madre viguesa y nacido en la localidad de Santa Cruz, Oleiros, municipio limítrofe con A Coruña. Hablar con él es una maravilla. Disfruta con el interés que su actividad genera en su tierra. «Soy suscriptor digital de La Voz de Galicia y lo primero que hago al llegar a la academia es leer el periódico, mi periódico», asegura desde Palma de Mallorca, donde dirige un centro líder especializado en la preparación de oposiciones y en reforzar a alumnos con dificultades, tanto a nivel presencial como on line. «Yo sigo dando clases porque me siento con mucha energía».
EL SECRETO DE LAS MATEMÁTICAS
Le pregunto por el secreto para intentar superar el virus que para muchos son las matemáticas. «Yo se las explico a través de un ejemplo. Una vez que han entendido el concepto le pones más ejercicios. La clave está en repetir cada cierto tiempo, dos o tres veces a la semana, lo explicado anteriormente. El secreto es hacérselo sencillo, que sientan satisfacción cuando lo entiendan», resume Carlos, que recuerda a Juan Boedo, que fue su profesor en la calle San Andrés y que dice que le inculcó el amor por la asignatura.
LA CONSERVERA DE SANTA CRUZ
El gallego del canal aprendemates de YouTube cuenta con la ayuda de su hija Patricia, que es especialista en nuevas tecnologías. Seguro que ella escuchó muchas veces las batallas de su progenitor. «Mis padres tuvieron la fábrica de conservas de Santa Cruz, que era muy conocida por sus zamburiñas. Cuando a mediados de los cincuenta tuvieron que cerrar, mi padre montó un bar que se transformó en restaurante y sala de fiestas que se llamaba Maxi, de ahí mi nombre. Más tarde hubo hotel, y mi hermano Paco abrió la discoteca Osmik, que fue un referente de la época. El nombre proviene de sus dos hijos, Óscar y Mikitos, que es cómo llamaban a Milagritos», relata Carlos, que cursó ingeniería de Caminos y finalmente se asentó en Baleares, donde tuvo que hacer la mili. Ahora, a sus 70 años, arrasa en las redes con sus clases de matemáticas.