Oleiros y la Iglesia enderezan su relación tras la polémica del crucero de Dexo

Toni Silva OLEIROS / LA VOZ

OLEIROS

El Arzobispado, que no ha recibido ningún expediente municipal, acaba de pedir licencia al Concello para la obra

20 feb 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Todo se quedó en una amenaza radiofónica del alcalde de Oleiros, Ángel García Seoane. Dijo que abriría un expediente por un crucero que había alarmado a los vecinos por estar inclinado. Pero había topado con la Iglesia, que lleva en Oleiros mucho más tiempo que él.

Comenzó una colisión entre el Concello y la parroquia entrando el primero en el recinto de la iglesia de Dexo por la pieza torcida. Consideró el alcalde que sobre el histórico crucero tenía tanto derecho como sobre cualquier farola del alumbrado público y valló sin pedir permiso al responsable de aquello, el párroco o el propio Arzobispado.

De eso ha pasado más de un año. Los técnicos enviados desde Santiago señalaron que la inclinación del crucero no apuntaba a caída sino a susto venial, que no había prisa en acelerar los procesos de su reparación. Pero el alcalde de Oleiros no tuvo la misma paciencia y a principios de este mes espetó que estaba en un tris de abrirle un expediente al mismísimo Arzobispado de Santiago (una guerra menor si se recuerda las que tuvo en su día contra el propio Estado de Israel).

«A día de hoy no ha habido ninguna entrada de documentación del Concello de Oleiros en el Arzobispado relativa al crucero de Dexo», señalaron este martes desde la sede episcopal. De hecho, justo ese día había salido desde Santiago la solicitud al Ayuntamiento de la licencia de obra de reparación en la pieza exterior de Santa María de Dexo. No fue la amenaza radiofónica la que hizo tal efecto sino el documento presentado recientemente por los técnicos de Patrimonio, que otorgan el plácet al proyecto que deberá enderezar el crucero de la parroquia de Dexo. A ese permiso aludía recientemente el propio párroco, Andrés López Calvo, cuando se le consultó por la amenaza del expediente. Pero ahora el cura pide no hablar públicamente y que cada uno extraiga sus propias conclusiones «del problema y la solución».