«Es uno de los inviernos más duros de los últimos años», señala el coordinador del servicio municipal
29 ene 2020 . Actualizado a las 05:00 h.Elsa, Fabien o Gloria son nombres que tardarán en olvidar los profesionales de las emergencias. Cada temporal o borrasca que atraviesa el noroeste español altera de forma notable las rutinas laborales de estos equipos, como el del Servicio Municipal de Emergencias (SEM) y Protección Civil de Oleiros, cuyo coordinador, Juan Suárez, reconoce que está siendo «uno de los inviernos más exigentes y duros para nuestro servicio que yo recuerdo».
Al tratarse de un municipio con un amplio frontal marítimo podría pensarse que estos diez profesionales, con base en el polígono de Iñás, tienen pesadillas con las huracanadas rachas de viento. Pero no. Hay algo mucho peor. «La lluvia», espeta Suárez. «Los episodios de agua de los últimos meses nos han generado más exigencia que las rachas del viento. No digo que al viento lo controles fácilmente, pero si tira un árbol y tienes que atender otra cosa, lo apartas y ya seguirás, pero la inundacione te exigen permanecer en el lugar hasta que deje de llover», añade.
Tres días antes de que se inaugurase oficialmente el invierno, el día 18 de diciembre, los miembros del SEM de Oleiros tuvieron que relevarse junto al pazo de Arenaza, donde el Rego de San Pedro se transformó en un caudaloso río que amenazó numerosas viviendas de la urbanización colindante. «Comenzamos a las cinco y media de la tarde y acabamos doce horas después», recuerda Juan Suárez, al frente de la coordinación de este equipo desde su fundación en el año 2009.
Pero hay más. Justo durante ese tenso episodio recibieron la llamada del 112 para acudir a socorrer a una pareja arrastrada en su coche por el agua en Bastiagueiro. En otro jornada hicieron relevos en una carpintería anegada de la parroquia de Oleiros «de siete de la tarde a ocho de la mañana». «Cuando llueve tanto y tan seguido la tierra deja de absorber agua y se inunda todo, por eso digo que es más fácil trabajar contra el viento que contra el agua extrema», añade.
Los turnos, de tres miembros, se refuerzan con un profesional más cuando se anuncia alerta naranja, y la guardia se dobla si se trata de aviso rojo. «Este invierno está siendo como pocos», recalca el responsable de las emergencias en Oleiros, quien también cuenta con un equipo de 15 voluntarios.
En los tres últimos meses han rozado las 150 salidas de emergencia, principalmente por la caída de árboles e inundaciones. A este número hay que sumar cerca de un centenar de salidas anuladas, principalmente por accidentes de circulación y nidos de velutinas. Sobre este asunto, Suárez y su equipo han constatado un exceso de preocupación por la avispa asiática. «Hay un nido en Bastiagueiro especialmente visible por el que recibimos varias llamadas todos los días», explica el coordinador. «Pero a todos les decimos lo mismo, que en los meses de frío están vacíos, que no generan peligro», señala.
¿Se circunscribe el SEM de Oleiros exclusivamente a este municipio? «Si nos avisan de un accidente en la vía Ártabra no preguntamos si está en Sada, salimos y punto, tenemos total libertad para ayudar a los ayuntamientos próximos cuando nos necesiten para una urgencia», explica Juan Suárez.
Tras Gloria, el SEM confía en que Herve, la próxima borrasca, no llegue generosa de lluvias.