La fibra llegará a las zonas rurales de Oleiros, Culleredo y Arteixo en el 2021

Antón S. Rodríguez A CORUÑA / LA VOZ

OLEIROS

La Xunta desarrolla un plan de banda larga para alcanzar cerca de 400 núcleos en el área coruñesa

19 ene 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Más de 34.000 vecinos del área metropolitana de A Coruña dispondrán de acceso a redes ultrarrápidas el próximo año. El Plan de Banda Larga de la Xunta y el Estado desplegarán cobertura de Internet de 100 megas en cerca de 400 núcleos. De este modo, los principales municipios del entorno coruñés, como Oleiros, Cambre, Culleredo o Arteixo podrán ofrecer este servicio a más del 90 % de su censo. En el caso de Sada, la cifra sube al 95 %.

Después de ver desarrollado este servicio de fibra en todos los núcleos urbanos por las grandes compañías (Telefónica y R principalmente), los Gobiernos autonómico y estatal abordan ahora lo que denominan zonas blancas, espacios rurales y aislados donde las empresas encargadas de ofrecer el servicio de fibra se hacen las remolonas y obvian actuar en ellas en, el menos, los próximos tres años. El perfil de estas zonas blancas tienen menos 300 habitantes y en el caso de la comarca coruñesa, según el estudio de la Axencia para a Modernización Tecnolóxica de Galicia (Amtega), la gran mayoría está por debajo de los 150. El inicio del despliegue está previsto para este mismo año. Concretamente, 159 núcleos del área coruñesa dispondrán de Internet de hasta 100 megabits por segundo.

Estamos hablando de lugares como Lañas, Chamín, Figueiroa, Barrañán o Suevos en Arteixo; Dexo, Lorbé, Breixo, Sisaldo, Babilonia, Augarrío o Canabal en Oleiros; en Culleredo se beneficiarán del plan zonas como Castelo de Abaixo, A Telva, Vilaverde, Xalo, Celas o Tarrío; y en Cambre, la fibra ya está de camino en Altamira, Anceis, A Rocha, Meixigo, Apeadeiro, Enxertos o Sigrás entre otros muchos puntos.

Y la ciudad de A Coruña

El plan que concluye en el 2021 también dejará una tupida red de banda larga en los municipios de Sada, Bergondo, Carral y Abegondo. E incluso completará zonas del municipio de A Coruña donde aún no gozan de este servicio como San Vicente de Elviña, Cances, Fontenova, Bens, Comeanda, Mazaído y O Portiño.

En relación al conjunto de toda Galicia, las actuaciones del Plan de Banda Larga de la Xunta, cofinanciados con los fondos Feader y del Plan Estatal, «garanten que máis de 720.000 galegos de 310 concellos, que carecen de acceso a redes ultrarrápidas, teñan cobertura de 100 megas de velocidade no 2021», según indican fuentes de la Amtega.

¿Cómo es el proceso para hacer llegar la instalación al rural gallego? «Son dos vías generalmente -explica Javier Páez, técnico del equipo del Plan de Banda Larga de la Xunta-, si en el lugar ya hay postes, los vecinos verán cómo unos técnicos cuelgan un nuevo cable, y si la zona está canalizada, el trabajo es aún más discreto, se levantan las tapas y se instala la fibra, así de sencillo».

Doble red

A la hora de expandir la fibra óptica, los instaladores distinguen entre la red de alimentación y la red de distribución. «La de alimentación es la que lleva la fibra a los núcleos. Allí se ubican las cajas de las que luego se dispersa en los que llamamos spliters. Y la red de distribución es la que hace llegar el servicio a cada casa», explica Páez, quien confiesa que a veces los planes se ven alterados «porque algún vecino no te deja pasar el cable por su finca, entonces hay que dar un rodeo». Pero generalmente, señala que la fibra es «muy bien recibida». «Cuando la instalamos por postes, suelen preguntar qué estamos haciendo, entonces empezamos a recibir llamadas para saber cuándo van a tener la fibra en sus casas», añade.

Capilaridad

Desde los municipios aplauden la medida, pero piden más sintonía con la Administración más cercana al vecino. «Deben coordinarse más con los ayuntamientos, que somos los que conocemos la realidad y necesidades de los que viven aquí», explica Alberto Naya, técnico informático en el Ayuntamiento de Abegondo, donde hasta el año pasado han sobrevivido con un triste mega de velocidad, situación subsanada ya con recursos propios. «Era tercermundista que un núcleo donde se encuentran la casa consistorial y el centro de salud estuviese con un mega», señala Naya, que pide «más capilaridad» para hacer llegar la fibra a todos los vecinos. «Hay algunas casas que están a 200 metros de un nódulo y no consiguen el servicio, son ese tipo de cosas las que se arreglarían si contaran más con nuestro conocimiento de la zona», añade.

Tanto Javier Páez como Alberto Naya coinciden en que un Internet de estas características que ahora instalará la Xunta en los próximos meses es básico para consolidar la población en el rural. «No digo que con esto ya se garantice el crecimiento poblacional en las aldeas, pero sí que es un factor necesario, cada vez hay más autónomos que sin Internet no podrían sobrevivir en el campo», explica Páez.