Los daños en la piscina de Perillo obligan a sus 1.200 usuarios a usar las de Oleiros y Dorneda

Alberto Mahía A CORUÑA

OLEIROS

cedida

Los técnicos evalúan los desperfectos que dejó el temporal para saber el tiempo en que se prolongarán los trabajos

19 nov 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El temporal de lluvia y viento que azotó Galicia el pasado jueves dejó un reguero de desperfectos en la comarca. Uno de los daños más importantes de produjo en la piscina de Perillo, donde las fuertes rachas se llevaron parte del techo. Eso obligó al concello a cerrar las instalaciones.

Desde entonces, los 1.200 usuarios que acuden regularmente a ese espacio —piscina y gimnasio— han tenido que acudir a los espacios deportivos de Oleiros y Dorneda. Y lo tendrán que seguir haciendo durante una temporada.

Tal y como se aprecia en la fotografía, buena parte de la techumbre de las instalaciones se levantó y las obras de reposición y acondicionamiento no se prevén sencillas. De hecho, el Gobierno local de Oleiros todavía no ha podido dar una fecha de reapertura. Antes tendrán que evaluar los destrozos. Un grupo de técnicos ya lo ha hecho en cuanto se supo, el pasado viernes a primera hora, que parte del techo se lo había llevado el viento.

Ayer al mediodía, los expertos trabajaban en detectar todos los daños causados. Ya no solo en la parte superior, sino en el interior de las instalaciones. Desde el Concello se asegura que se trabajará rápido para solucionar la situación y que la piscina, a la que a diario acuden decenas de personas, estará de nuevo abierta al público «o máis pronto que se poida».

La piscina de Perillo, después de unos inicios convulsos, con retrasos constantes, llevaba cuatro años en los que no hubo más que llevar el consiguiente mantenimiento de este tipo de instalaciones. La última obra importante que se llevó a cabo fue en agosto del 2016, un proyecto consistente en la creación de nuevos vestuarios y la redistribución del espacio que ocupaban las duchas y taquillas de hombres y mujeres.

Los trabajos comenzaron después de un año de demoras e inconvenientes. De hecho, el Concello de Oleiros tuvo que adjudicar dos veces los trabajos porque la primera empresa fue sancionada con 32.000 euros al incumplir lo estipulado en el contrato y renunciar antes de comenzar los trabajos. El proyecto salió de nuevo a licitación y, finalmente, se llevaron a cabo con un presupuesto de cerca de 600.000 euros.