«Apuntáronnos coas metralletas desde a zódiac e tivemos que dar a volta»

Toni Silva OLEIROS / LA VOZ

OLEIROS

Se cumplen 30 años de la compra del castillo de Santa Cruz por el Concello de Oleiros. La entrega estuvo envuelta de tensión

17 nov 2019 . Actualizado a las 10:54 h.

«Cando entrei naquel despacho vin duass fotografías grandísimas de Franco e José Antonio, xa me decatei con que clase de xente me tocaba lidiar». Quien pronuncia la frase es el alcalde de Oleiros, Ángel García Seoane. Aquel despacho al que alude estaba en Madrid y correspondía a un alto cargo militar. Y la escena ocurrió en noviembre de 1988. Era la primera entrevista del alcalde oleirense con la Administración central para la adquisición del castillo de Santa Cruz, que acabaría cambiando de manos al año siguiente no sin escenas de tensión entre un grupo de militares y un consistorio que abrazaba abiertamente el Comunismo. «A primeira conversa foi cun representante militar de zona na Coruña, un simpatizante dos golpistas, dicía que o castelo non se iba vender. Pero a intención era venderlla a un coñecido promotor por 132 millóns de pesetas», recuerda.

Pero curiosamente fue otro militar, amigo del regidor, a quien se le debe que hoy el castillo de Santa Cruz forme parte del Concello. «O BOE publicou que se vendía o castelo por 42 millóns de pesetas, e un amigo militar avisoume». Así, la primera gestión se remonta a 1987, a la que seguirían varios viajes del alcalde a Madrid. Este año se han cumplido 30 años del traspaso. El 12 de abril de 1989 se escrituró y el Concello de Oleiros se convirtió en el nuevo propietario del castillo y el islote en el que se asienta, concretamente 697 metros cuadrados de edificio y 10.300 de terreno. El coste final ascendió al doble de lo que se anunciaba, 89 millones de pesetas, que el gobierno local de Oleiros obtuvo de la venta de 19 parcelas municipales.

CESAR QUIAN

Pero poco imaginaba el alcalde que, después de la escritura, llegarían los momentos más tensos entre vendedores y compradores. Si bien la instalación estaba fuera de uso desde finales de la década de los 70 -como residencia de huérfanos de militares-, al Concello sí le constaba que las distintas dependencias tenían muebles, elementos decorativos, armas e incluso algún cañón. «Pero deixárono sen nada», recuerda el regidor. «O que non lles valía tirábano pola fiestra e esnaquizaban todo contra as rochas». García Seoane convocó a la prensa para que fuese testigo del momento en que el gobierno local entraba por primera vez en el castillo. Pero los militares, pese a las escrituras elevadas al Registro de la Propiedad, no lo permitieron. Esther Pita, exalcaldesa de Oleiros, fue una de las compañías de Gelo en aquel episodio. Cuando iban a embarcar, asomaron 18 policías militares, camino de las lanchas. El responsable de la Guardia Civil de Oleiros intentó hacer de intermediario:

-Ángel, tengo que ordenarte que no paséis.

-Yo soy el alcalde, la autoridad en Oleiros, y no me vais a impedir el camino.

El grupo militar comenzó a movilizarse. El coronel reclamaba órdenes. «Tiña un walki enorme e lembro perfectamente como decía ‘Aquí Zorro 1 a Zorro 2’». En un momento de despiste, el alcalde, Esther Pita y otro compañero se subieron a una lancha. Los periodistas, visto el clima de hostilidades ya habían optado por quedarse en tierra. Cuando el alcalde alcanzaba el castillo, una zódiac se interpuso. «Apuntáronnos coas metralletas», recuerda el alcalde. Y el desembarco se frustró.

Unos días después, cuando los teléfonos desde Madrid calmaron los despachos militares de A Coruña, se organizó una simbólica toma del castillo por parte de los vecinos de Oleiros. El complemento pensado por García Seoane casi le cuesta un brazo: «Levei unha tubería de ferro para simbolizar un cañón e collín un petardo de festa de mecha grande, pero o que non sabía era que tamén era rápida». Aquello explotó y el alcalde salvó la extremidad de milagro.

Ya entonces estaba proyectado un centro medioambiental, inspirado en la instalación nacional de Valsaín (Segovia). Este año, el castillo de Santa Cruz, ha cumplido 30 años de titularidad municipal y es la sede del Ceida.