Usuarios de la oficina de Correos de Perillo esperan turno más de una hora

Elena Silveira
Elena Silveira OLEIROS

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Elena Silveira

Personal de O Burgo incluso recurrió a la policía «porque la gente se desespera»

01 may 2019 . Actualizado a las 10:13 h.

La saturación y la falta de personal que registran las oficinas de Correos y Telégrafos en buena parte de la comarca coruñesa no es nada nuevo. Pero la situación en algunas es tan desesperada que los propios funcionarios están deseando el traslado ya que son incapaces de asumir todo el trabajo acumulado y las constantes quejas de los usuarios. Dos de las oficinas más «conflictivas» se encuentran en el centro de Perillo (Oleiros) y en el núcleo urbano de O Burgo (Culleredo). En esta última, las colas de personas esperando para ser atendidas son el pan de cada día. Y, además, deben hacerlo de pie ya que en el pequeño local, cedido por el Concello, tan solo hay dos sillas. «Y aquí viene mucha gente mayor. ¿Cómo no nos vamos a desesperar? La gente no aguanta tanto tiempo de pie», explicaba este martes un usuario. Otro más joven confirmaba también que la espera es desesperante y que en alguna ocasión prefirió dirigirse a la oficina que hay en Vilaboa: «En O Burgo tan solo hay una funcionaria en atención al público que, además, tiene el inconveniente de que le falla constantemente el ordenador y no puede avanzar el trabajo, mientras que en Vilaboa hay cuatro personas», explica Carlos.

La empleada de la oficina de O Burgo asegura que está cansada de denunciar la situación: «Me comí yo sola todo el papeleo para las elecciones con este ordenador, que es un cacharro. Ya te puedes imaginar cómo estaba esto. Estoy deseando irme de aquí, porque soy personal eventual y me queda poco tiempo. Pero esta oficina es de lo peor», asegura. De hecho, la carga de trabajo hace imposible una atención adecuada: «En alguna ocasión tuve que llamar a la Policía Local porque la gente se desespera. Y es normal, pero yo no puedo hacer más», asegura.

Elena Silveira

En el caso de la oficina de Perillo, el problema es la falta de espacio y, también, el tiempo de espera de los clientes. «¿Cuarenta minutos? No, no. Aquí hay gente que tiene que esperar una hora y eso es una barbaridad. El problema es que no hay suficiente personal y las instalaciones son pequeñas para el volumen de trabajo que tenemos. Porque aquí no solo atendemos a la población de Oleiros, sino que viene gente de Culleredo, Cambre, Betanzos, Sada, A Coruña e, incluso, Ordes», explican los trabajadores. Dicen también que la acumulación de trabajo se produce más por las tardes: «Por las mañanas estamos tres personas y, por la tarde, solo dos». 

Reclamaciones de usuarios

Cristina Castillo, vecina de Bastiagueiro, acudió ayer a la oficina de Perillo para presentar una reclamación: «Yo sé que los empleados hacen lo que pueden, pero es que no es la primera vez que me dejan en el bar de enfrente una notificación para que vaya a buscar un paquete. Yo no vivo en el bar. Y así me ocurre muchas veces», comenta indignada. 

Traslado de las quejas

Desde el Concello de Culleredo confirmaron que ya trasladaron a Correos y Telégrafos los problemas detectados en el municipio en los últimos tiempos. Indican que, por un lado, la atención en la oficina de O Burgo «es muy pobre» y provoca esperas en los usuarios. «Tanto el gobierno local como los vecinos lucharon mucho para que abrieran este despacho y lo que no puede pasar ahora es que ofrezca un servicio deficiente. Y ello no es culpa de los empleados, sino por la falta de medios por parte de la empresa», aseguraron. Indicaron que también en Almeiras se detectaron algunos problemas.

Algunos de los casos más llamativos tienen relación con la tardanza en llegar las cartas o paquetes a sus destinatarios. En este sentido, desde el Concello indicaron que se dio la circunstancia de un vecino al que le llegó una comunicación para una cita médica después de la fecha que le marcaba el Sergas. «Es un tema de organización y de disponibilidad de recursos por parte de Correos, que debe dar el servicio público al que el vecino tiene derecho», aseguró el alcalde de Culleredo, José Ramón Rioboo.