En la Panadería Lorbé mantienen intacta la receta de sus fundadores
11 dic 2018 . Actualizado a las 14:06 h.María es la tercera generación de la Panadería Lorbé, una empresa familiar fundada en 1947. Recuerda con emoción cómo sus abuelos empezaron esta aventura un 7 de enero de hace 71 años. «Mis abuelos, Gumersindo y María, se casaron un 5 de enero y la panadería abrió a los dos días. Empezaron poquito a poco. Mi abuela venía de una familia grande, eran 14 hermanos. Estaba acostumbrada a cuidarlos y era muy buena cocinera. De niña ya hacía la rosca de pan dulce de Pascua, y fue esa receta la que mantuvo después en la panadería». La receta de su abuela del roscón de Reyes es una de las más famosas de su comarca. A Lorbé llega gente todos los años solo para comprar su roscón: «Hay clientes de la época de mis padres que nos dicen que llevan 40 años comprando aquí. El año pasado vino un matrimonio desde Padrón solo porque decían que teníamos un roscón impresionante». De los inicios de la panadería todavía hay quien recuerda el olor de la receta de la abuela María: «Hay una señora que vive en Lorbé que un día me dijo que sabía cuando mi abuela lo estaba cocinando por el olor: 'Xa está Maruxa facendo o roscón'». María, la nieta, destaca el carácter familiar de la empresa: «Después de mis abuelos siguieron con el negocio mis padres, Carlos y Mariluz. Y ahora mi hermano Gumer y yo (heredamos el nombre de nuestros abuelos) estamos empezando a tomar el relevo».
El roscón no es lo único famoso en esta panadería. Entre sus especialidades están las empanadas y, desde el año pasado, una en concreto: la de centolla. También preparan panettones. «Tenemos una receta muy buena; los hacemos con chocolate belga, nueces…». María también prepara turrones, «con un relleno muy fresco», y que animan las fiestas a partir de mediados de mes. Y otro clásico: el tronco de Navidad, «que es parecido al brazo de gitano, pero con forma de ramo de árbol».