«Mi marido casi se muere al caer al agujero, se rompió 14 huesos»

Andrea Presedo
andrea presedo OLEIROS / LA VOZ

OLEIROS

ANGEL MANSO

La mujer del hombre que se precipitó en O Seixo relata el drama que vivió su pareja

13 oct 2022 . Actualizado a las 18:28 h.

La noche del 7 de septiembre nunca se le olvidará a Luis Fernández y a su familia. Como todos los días, salió a pasear su perro al parque de O Seixo (Oleiros). Pasaba de la medianoche y apenas había luz, ya que solo hay farolas en la parte superior de esta zona verde. Luis perdió de vista a su perro por unos instantes y a partir de ahí, los recuerdos son borrosos. El hombre pisó en el hueco de uno de los antiguos embarcaderos y se precipitó al vacío. No había vallas ni ninguna medida de seguridad que evitase la caída.

Perdió el conocimiento nada más recibir el impacto, aunque no sabe exactamente por cuánto tiempo. «Al despertarse, pensaba que estaba en cama pero cuando empezó a tiritar miró el cielo y vio las estrellas. Se dio cuenta de lo que había pasado al momento», cuenta su mujer, Esther Noriega. Luis estaba malherido, pero por su cabeza solo pasaba el pensamiento de que si subía la marea y se volvía a desmayar, se moriría. «Mi marido tiene 14 huesos rotos por la caída. Las costillas le oprimían un pulmón y le costaba respirar. Debió de darse con la zona de cemento antes de caer al lodo. Pero aún así reunió fuerzas para salir del agujero», explica. En cuanto pudo contactó con su mujer, pidiéndole que llamara a una ambulancia. Ella, abrumada, no sabía qué hacer: «Tenía a mi hijo durmiendo en casa y no podía dejarlo solo, así que avisé a la policía y a una ambulancia».

El rescate

Esther, pendiente de que llegasen los servicios sanitarios, vio por la ventana cómo iban en dirección contraria. «Decidí bajar corriendo en medio de la noche para socorrerle. No sé cómo no me maté para llegar hasta él». La zona de los embarcaderos está un poco alejada del camino principal del parque, lo que dificulta el acceso a los vehículos. «La ambulancia no daba llegado y yo quería ir a buscarla, pero mi marido me pedía que no le dejase solo. Creía que se iba a morir», explica Esther. Finalmente, tras llamar a los servicios sanitarios y quedar con ellos en una calle próxima, consiguieron llegar para atender a este vecino de O Temple.

No fue fácil, ya que la ambulancia no pudo acercarse hasta el lugar del accidente y el traslado de Luis hasta el vehículo resultó complicado. «Me siento culpable de no haber denunciado antes el estado de esta zona de O Seixo», confiesa la mujer.

Recuperación

El hombre estuvo ingresado en la uci durante más de una semana, al principio en un coma inducido. Diez días después del accidente le dieron el alta hospitalaria, pero «él sigue muy mal, con mucho dolor. No se puede mover porque tiene que estar acostado y en bloque. No podemos tenerlo así en casa». La familia se queja de que solicitaron asistencia domiciliaria al Chuac y que les dijeron «que en estos casos lo que se suele hacer es que la familia lleve al paciente a una residencia privada», dice Esther. Desde el hospital aseguran que no tienen constancia de ninguna reclamación y explican que se trata de un centro para pacientes agudos y que sus servicios de trabajo social son solo para ingresados. Una vez que reciben el alta hospitalaria, han de dirigirse a los servicios de asistencia municipal.

Reivindican la falta de seguridad en los embarcaderos del enclave

El BNG de Oleiros organizó ayer por la mañana un acto reivindicativo en el lugar del accidente para pedir responsabilidades y medidas de seguridad en la zona. Dos semanas después, los embarcaderos seguían sin estar protegidos. El acto consistió en precintar la zona y colocar, a modo de protesta, un cartel avisando del peligro. «Levamos reclamando dende hai unha década que isto se amañe. É un auténtico perigo para a xente que vén facer deporte ou pasear», dijo Fran Rey, portavoz municipal del BNG de Oleiros. Explicó que lo más alarmante es que «ocorreu un accidente e non se fixo absolutamente nada». Al acto se sumaron vecinos y familiares de Luis Fernández para mostrarle apoyo y su disconformidad con el estado de los embarcaderos.