Los dos ayuntamientos suman 37 robos en domicilios desde que empezó el año
12 may 2018 . Actualizado a las 11:40 h.El Ministerio del Interior publicó el balance de infracciones penales registradas durante el primer trimestre de este año en localidades con una población superior a 30.000 habitantes.
Según los datos que maneja el organismo, de los 371 robos con violencia producidos en la provincia en este período, 18 han tenido lugar en Arteixo, mientras que en el Concello de Oleiros se han registrado 19 casos. Unas cifras con las que ambos municipios, con 31.34 habitantes y 35.198, respectivamente, se sitúan por encima de ciudades como Lugo, con 17 delitos. Un hecho que las autoridades explican debido a la existencia de numerosas urbanizaciones y zonas residenciales en ambas localidades, lo que constituye un punto de atracción para los ladrones.
José María Sánchez Novo, concejal de seguridad de Arteixo, manifiesta que «de momento en lo que va de año no nos alarma la situación, pero continúanos trabajando para mejorar la seguridad de la zona». En este sentido, Novo explica que entre las medidas en las que están trabajando de cara a la temporada veraniega «aumentaremos la presencia policial en zonas de playa para evitar robos en vehículos».
Bandas organizadas
Por su parte, desde la Policía Local de Oleiros, atribuyen a delincuentes profesionales la mayor parte de los asaltos que se producen en los domicilios del municipio. Las autoridades explican que suele tratarse de bandas organizadas que actúan en todo el territorio nacional y que, tras varios asaltos en la misma localidad, se desplazan a otra para cometer nuevos delitos.
Según los cuerpos de seguridad, los ladrones estudian las horas de entrada y de salida de los residentes en las viviendas para conocer a qué horas no están en casa. Los operarios de seguridad atribuyen a la franja horaria que va desde las 18.00 horas hasta las 21.00 como la más frecuente para los cacos. Además, los policías apuntan que los delincuentes calculan las penas a las que pueden ser condenados a la hora de cometer el delito, siendo conocedores de que en el caso de agredir a alguna persona durante el asalto, se enfrentarán a un cargo mayor.
Del mismo modo, los cuerpos de seguridad llaman a la colaboración vecinal para poder evitar nuevos robos. Por ello, solicitan que se dé parte de cualquier comportamiento que parezca sospechoso.
Nuevo asalto en Mesón da Auga
El último robo cometido en el área coruñesa, tuvo lugar ayer en Oleiros. Los hechos se produjeron sobre las 11.30 horas en la urbanización Mesón da Auga, en O Carballo, donde algunos vecinos presenciaron la huida de los presuntos delincuentes.
«Eran tres chicos, uno con pantalón de camuflaje y otro con gorra», señala Geli García, residente en una vía cercana al lugar del suceso. «Una de las empleadas del hogar los vio huyendo esta mañana», declara.
La Policía Local, informó de que los sujetos portaban un bolso que arrojaron al suelo durante la escapada. «Aquí ya ha pasado varias veces», afirma Geli que añade: «Es fácil acceder porque muchas casas no tienen portón automático antes de la puerta a la residencia». Asimismo, para ella «la existencia de alarmas no consigue disuadir a los ladrones».
Los asaltantes buscan joyas y dinero en los dormitorios de las viviendas
De acuerdo con los datos de la Policía Local, las bandas organizadas suelen ser las autoras de la mayoría de los asaltos en domicilios que se saldan con robos de dinero en efectivo, joyas y relojes. En este sentido, los ladrones eligen urbanizaciones alejadas del núcleo urbano para cometer el delito. Según las autoridades, en la mayoría de los robos el comportamiento de los asaltantes es similar, lo que les permite establecer un patrón de actuación. A la hora de entrar en las casas, los cacos acuden directamente a los dormitorios en la búsqueda de efectivo, y de objetos de valor de oro y plata. Por ello, lo primero que revisan son las habitaciones principales de la casa hurgando en bolsos, joyeros, cajones y armarios. Los policías señalan que los cacos no suelen apoderarse de televisores, tabletas ni ordenadores de última tecnología.