Bolsos que arrasan en París y Copenhague

OLEIROS

Marcos Cenamor

Isabel Caamaño dejó el periodismo para crear su propia marca, Mr. Ce, en 2012. Ahora sus bolsos se venden en museos y tiendas de todo el mundo

28 mar 2018 . Actualizado a las 16:14 h.

En su taller de Santa Cristina hay telas, muchas telas. Unas vienen de artesanos de Marruecos, otras desde la India. Una mezcla de colores y texturas forman parte del ADN de Mr. Ce, la marca de bolsos creada por Isabel Caamaño en el 2012 y que arrasa en medio mundo. Todo empezó casi sin querer, pero muy pensado. Isabel era periodista y trabajaba en la tele. Veinte años dedicada a la profesión le dieron para mucho. También para pensar que quería cambiar de vida, viajar por el mundo, enriquecerse. Así empezó a trasladar a sus bolsos la cultura de los países que visitaba. «En este tiempo he evolucionado y me he profesionalizado», apunta.

Acaba de regresar de la feria de París, uno de sus principales escaparates. Allí fichó sus bolsos para una de las concept store de referencia en el mundo: Merci. «Estaba montando el estand en la feria de París y llegó un grupo de chicas muy estilosas que empezaron a revolverlo todo. Cuando se presentaron y me dijeron que eran de Merci no me lo podía creer», recuerda. Hace unos días le dieron otra buena noticia: el museo de arte contemporáneo de Copenhague, Lousiana Musseum of Modern Art, compró sus bolsos para venderlos en su tienda del centro de arte de Dinamarca. «Este paquete va cargado de bolsos y de responsabilidad», contaba en una foto de sus redes sociales.

«Quiero ir dando pasos pequeñitos», cuenta con cabeza. «Hay muchas marcas con una inversión fuerte que queman la marca y desaparece. Quiero hacer un producto que no enamore solo a los millennials. Esto es un proyecto vital, no para ganar dinero», asegura. Lanza dos colecciones al año, una cada seis meses. Le gusta seguir el ritmo, pero le da pena la inmediatez. «Lo peor de la moda no es la creatividad, es lo que queda detrás de eso. En seis meses todo tu trabajo pasa a mejor vida. Al final la moda se dejó llevar por el consumismo», reflexiona. Aunque para Isabel hay futuro: conceptos como slow life y slow fashion cobran fuerza. 

Mirar al Atlántico

«Con el paso del tiempo la montaña te parece menos alta», cuenta sobre la evolución de la marca. «Al principio no tenía muy en cuenta la parte comercial, pero ahora ya no me valen los pequeños defectos. La responsabilidad es mayor». También cambió la estética. «Me gusta mucho lo étnico, pero acaba cansando, así que para este invierno, por ejemplo, voy a introducir cosas muy minimalista». Su colección más inmediata, la de verano, es «la más larga y la que más éxito ha tenido». «Está hecha de tejidos de la costa Atlántica, desde Mali, Marruecos y Portugal hasta llegar a Galicia», apunta.

«Después de viajar durante cuatro años decidí mirar hacia el interior», confiesa. Así aparece el castro de Baroña como fuente de inspiración: de ahí sale una cesta trenzada de cuero. También se fijó en las mujeres que trabajan en la costa. «Hay bolsos con mensajes feministas brutales». Piezas con bolsa de pan y algunos clásicos de Mr. Ce, como los bolsos de mano con tejidos de Marruecos y pompones que forman parte del origen de la marca. Trabajar con Galicia como fuente de inspiración le hizo reflexionar sobre el lugar dónde vive: «Cada vez tengo más claro que esto es el paraíso. Nunca sabes dónde está la inspiración, y al final al poner el freno, la encontré al lado de casa».

¿Sus objetivos? Trabajar en la siguiente colección y algún viaje a Asia. «No lo puedo evitar, siempre procuro viajar a lugares donde hay tejidos, y ya tengo alguno en mente», sonríe.