En el epicentro que el terremoto no sacudió

E. Silveira / F. Molezún OLEIROS / LA VOZ

OLEIROS

ANGEL MANSO

En Mera, Dexo y Lorbé escucharon el estruendo, pero pocos notaron el temblor

09 feb 2018 . Actualizado a las 11:55 h.

«Pues yo estaba en el fondo de la finca, arreglando unas plantas. Escuché un estruendo enorme, como cuando vuelan muy bajo los aviones, pero no noté ningún temblor». El terremoto que el miércoles por la tarde sacudió Oleiros, en concreto la zona de O Real (muy cerca de Lorbé), pilló a Mar Rodríguez en su casa.

Explica que al margen del fuerte ruido no sintió nada que la pudiese asustar. «Quizás si hubiera estado dentro de la casa podría haber apreciado moverse los muebles o algo así... pero en el exterior no noté nada extraño. Únicamente me llamó la atención el comportamiento de los perros». Recuerda que sus tres mascotas estuvieron toda la tarde «muy calladas y todo el tiempo muy pegadas a mí; en silencio, como expectantes». Mar solo cayó en la cuenta de lo que había pasado cuando sus amigos y familiares comenzaron a mandarle mensajes al móvil preguntándole cómo estaba. «Incluso me llamó una amiga de Asturias por la noche, cuando ya todo el mundo conocía la noticia. Entonces caí en la cuenta de que el comportamiento de los perros estaba relacionado con el terremoto. Yo creo que ellos sí lo notaron», indica.

El seísmo de Oleiros, según informó el Instituto Geográfico Nacional, se registró pasados cinco minutos de las cuatro de la tarde. Tuvo su epicentro en la zona de O Real con una magnitud 3 en la escala de Richter. Es decir, de baja magnitud. O, como explicaba ayer un vecino de Mera, «pouca cousa». De hecho, la mayoría de los residentes en el entorno escucharon un estruendo, pero notaron poco movimiento bajo sus pies. Este también es el caso de Maximino, que vive en O Real desde el año 1978, cuando él y su mujer construyeron la casa familiar.

ANGEL MANSO

«Pues nosotros estábamos viendo la tele, sentados en el sofá y tomando un café. Escuchamos un ruido muy fuerte y pensamos que era un trueno o un barreno en la zona de Ferrol o Mugardos. Y, claro, no le dimos importancia. Después, al escuchar la noticia en la radio y verlo en La Voz, nos dimos cuenta de lo que había pasado». 

Otro temblor hace dos décadas

Tanto Maximino como Mar confirman que no es la primera vez que notan un seísmo en O Real. «Sí, sí. Aquí ya hubo un terremoto hace muchos años. Quizás más de veinte. Pero fue mucho más fuerte. De hecho, a nosotros nos agrietó la casa por varios sitios y tuvieron que arreglarla», explica Maximino. «En aquella ocasión mi mujer y mi hijo pequeño salieron corriendo de casa y yo me quedé dentro para que no se asustasen. Pero a día de hoy no hubiera actuado igual, porque me pudo haber caído la casa encima», dice. Mar también recuerda aquel terremoto: «Había sido durante la noche, de madrugada. Y habíamos salido toda la familia al jardín. Recuerdo que aquella vez sí había temblado las vitrinas».

«Miré hacia la costa para ver si se había estampado otro petrolero contra las rocas», dice un comerciante de Lorbé

El temblor del pasado miércoles se dejó notar en puntos como Culleredo, Fene, Pontedeume, Ferrol o A Coruña. Aunque fueron los vecinos de Mera los que sintieron con más intensidad el pequeño seísmo. Tal y como relataba ayer a través de Radio Voz la propietaria de la farmacia de Mera, Marta Viguera, su marido estaba en casa cuando notó que se movía la lámpara y los cristales. «Como estamos con obras pensó que estarían haciendo ruido con los martillos. Pero por la tarde vio en la web de La Voz que había habido un terremoto. Aquí en la farmacia no notamos nada, ni se nos movieron las estanterías ni nada, todo quedó en su sitio». El propietario del estanco tampoco se alertó: «Ni me di cuenta. Me enteré cuando me lo dijeron los vecinos y lo vi en las noticias, pero no sentí absolutamente nada». Otros vecinos de Mera, en cambio, notaron algo extraño: «Sí que lo sentí, pero en el momento no supe lo que era. Fue un pequeño temblor y un ruido fuerte. Pensé que estaban barrenando algún monte cercano, porque parecía una explosión, pero en ningún momento me planteé que pudiese ser un terremoto».

La encargada del bar La Escuela, en Lorbé, corrobora la versión de muchos vecinos: «Aquí no notamos nada de movimiento, solo el ruido. Yo estaba recogiendo y fregando los platos y sonó como un trueno. Los clientes, lo mismo. Los pocos que lo notaron, porque la mayoría ni se dieron cuenta, hablan de un ruido, pero nada de temblores. La gente pensaba que venía una tormenta, porque fue como un trueno muy fuerte, y como estos días estuvo lloviendo...». El propietario de la ferretería de Lorbé, en cambio, sí notó un temblor de dos o tres segundos bajo los pies. Y el ruido. «Estaba en la puerta y se movió un poco el suelo. Miré hacia la costa a ver si se había estampado otro petrolero contra las rocas», explicaba ayer en el programa Voces de A Coruña.