«No le importamos a nadie», dicen los vecinos de Perillo por el estado de la N-VI

El proyecto anunciado por el Ministerio de Fomento para soterrar la N-VI a su paso por el cruce del Sol y Mar es el chocolate del loro. Al menos para muchos vecinos de Perillo que viven a orillas de la carretera nacional, ya que con esas obras no verán cumplidos sus deseos y reivindicaciones. «No confío mucho en lo que van a hacer allí... Espero que no sea una petardada como la que hicieron aquí, a la salida del puente de A Pasaxe», se queja una vecina. Explica que los vecinos de esta zona de Perillo viven en una tensión constante. Al ruido y a la polución se suman los problemas de inseguridad. «Por tener, casi ni tenemos aceras», explica A. C., que vive en la Avenida das Mariñas. «Son muy estrechas y no cumplen con la normativa de accesibilidad. De hecho, lo peor es que no tienen rebajados los bordillos y yo no puedo llevar a mi madre en la silla de ruedas», denuncia esta mujer.

Explica que desde el mes de octubre se embarcó en una cruzada para reclamar mejoras en el Ministerio de Fomento y, en concreto, en la Demarcación de Carreteras. Hubo cruce de llamadas y correos electrónicos, pero nunca la llegaron a recibir. «Y así estamos, a día de hoy: esperando». Su mayor desesperación llegó hace unos días, cuando recibió un comunicado del organismo estatal en el que le explicaban que la estrecha acera que separa su casa de la N-VI no es competencia de Fomento. «Las aceras existentes son reposición de servicios municipales preexistentes a las ampliaciones realizadas en la carretera AC-12 (nombre actual de la N-VI). En consecuencia, la conservación y explotación de las mismas corresponde a los ayuntamientos conforme a lo establecido en la Ley de Bases del Régimen Local. La ejecución de nuevas aceras excede de las competencias propias del Ministerio de Fomento», indican en el comunicado. Desde el Concello de Oleiros confirmaron que es el departamento estatal el que tiene responsabilidad sobre las aceras.

Retahíla de deficiencias

Los vecinos dicen que no obtienen más que excusas y que las diferentes Administraciones se pasan la pelota mientras ellos sufren a diario un entorno degradado. «No le importamos a nadie. Esto es una zona inhóspita. Estoy agotada de pedir ayuda», se queja. Porque tanto esta vecina como otros residentes y comerciantes de la Avenida das Mariñas coinciden en la retahíla de deficiencias: aceras estrechas o con desperfectos, tramos sin aceras, arcenes inexistentes, iluminación deficiente, exceso de velocidad de los coches, falta de protección para los peatones, paredes y mobiliario urbano con grafitis, parterres sin mantenimiento... Y la única pasarela peatonal existente en kilómetros, intransitable para personas mayores o padres con carritos de bebés. «Tiene una pendiente brutal y con las heladas es habitual que el suelo resbale. No sabes la pena que da ver a una persona mayor intentar cruzar por este paso», comenta una usuaria habitual. Otro dice que los mandatarios deberían vivir en este entorno degradado. «Es mi casa y mi ambiente, y no puedo cambiarla de ubicación. Pero si pudiese, nos íbamos de aquí», explica A. C. Esta mujer explica que no pide grandes cosas, tan solo actuaciones de las que disfrutan otros vecinos del mismo municipio: «Que arreglen las aceras. Es lo mínimo. Tan solo para tener la sensación de vivir en una zona limpia», reclama. Y plantea que la solución no debería ser «hacer estas obras brutales», sino reducir la densidad del tráfico.

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