El Concello se retira después de tres años, y los padres crean un club para tomar el relevo en la gestión de la actividad de hockey
13 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Hace tres años nadie, o casi nadie, jugaba al hockey en Oleiros. Y para dar un impulso a este deporte minoritario, el Concello decidió crear una escuela municipal. Poco a poco la semilla fue brotando y en tan solo tres años han pasado de 20 niños inscritos a casi un centenar, que es lo que se prevé para la próxima temporada. Y como el proyecto ya está casi consolidado, el gobierno municipal ha decidido soltar las riendas y los padres han creado el Club Hockey Oleiros. Su presidente, Jorge Estébanez, explica que en este momento todavía no se ha terminado el relevo, pero la próxima temporada, que ya será la cuarta, «serán los padres, al cien por ciento, los que gestionen el club».
Comenta también que este club no es meramente deportivo y que lleva un valor añadido del que pocas asociaciones pueden presumir: «Es que es casi como una asociación de padres. Nos juntamos y hacemos actividades de convivencia. Lo que intentamos es que los niños se diviertan», explica. De hecho, el pasado fin de semana se celebró un campeonato en las instalaciones del IES A Rabadeira y, en el intermedio de la jornada, la actividad de grupo fue una copiosa churrascada. «No tenemos un proyecto ambicioso a corto plazo. Nuestro reto es que los niños se animen a practicar hockey y con la cantidad después vendrán la calidad y los resultados. Más adelante buscaremos los objetivos deportivos y buenos resultados en los campeonatos».
Jorge Estébanez explica que lo relevante en este caso, «y que no ocurre con frecuencia», es que una actividad se impulse y se potencie con dinero público para que después la Administración competente «se retire y deje tomar el relevo a los padres para continuar con esa labor y que germine la semilla, que no se marchite», explica. Y, precisamente, para mantener esa cohesión y ese vínculo casi familiar, los responsables del club intentan estrechar lazos siempre que pueden: «Hacemos comidas, actividades de grupo... y todo aquello que sirva para crear buen ambiente y conocernos», explica. Recuerda también que los inicios fueron emocionantes y un tanto inciertos, ya que no sabían si los patines iban a cuajar en Oleiros: «Es que no había tradición. Fue partir de cero». El éxito lo achaca al apoyo del Concello y a la implicación de los padres. «Es que éramos ocho padres que nos juntamos y al tercer año el Ayuntamiento nos dice que se va a retirar para dejarnos gestionar a nosotros. Eso para el club ya es un éxito», explica. Así que el próximo año estarán solos al frente de la entidad, sin aportaciones o ayudas públicas, y regalando más tiempo a organizar las actividades del club. «Abriremos el plazo de inscripción en breve y esperamos superar la cifra de los cien socios. En este momento el de mayor edad tiene 14 años y, el más pequeño, 4. Y da igual el sexo. Tenemos una niña que es portera... De hecho, intentaremos crear un equipo femenino el próximo año».