Hoy me voy a clase de marcha nórdica

OLEIROS

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Este año el programa municipal incluye actividades tan novedosas como el masaje tailandés o el «scrapbooking»

30 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Pocos ayuntamientos tienen una oferta de actividades municipales tan singulares como Oleiros. De hecho, el listado de las propuestas de Ocioleiros para este año incluye propuestas como coctelería, taller de cata de vinos gallegos, técnicas de relajación y crecimiento personal, encuadernación decorada (scrapbooking), tratamiento de imagen digital, bolos, yoga, patinaje en línea, defensa persona, carrera a pie, marcha nórdica, huerta ecológica, repostería, conversaciones en inglés... Y, aunque podría ser un clásico, por primera vez guitarra.

La concejala de Cultura e Normalización Lingüística, Esther Garrido Pan, confirma que son 28 talleres diferentes para mayores de 19 años, a los que hay que sumar otras cinco actividades del programa destinado a jóvenes de entre 14 y 17 años. Y que son: fotografía y edición digital, guitarra, parkour (saltos en zonas urbanas), cocina y encuadernación decorada (scrapbooking).

Edición número 15.º

La edila explica que Ocioleiros surgió hace ya quince años por iniciativa del propio alcalde. «A idea era ofertar actividades para que non fixesen botellón e fose unha alternativa ás saídas nocturnas». Inicialmente se desarrollaban en pabellones municipales y en horarios que traspasaban la madrugada. La propuesta resultó atractiva y no solo demandaban participar gente de entre 18 y 30 años, sino vecinos más entrados en edad. De hecho, ahora mismo, en Ocioleiros hay participantes de entre 14 y 77 años.

Pero llegó un momento, como relata Esther Garrido, en que las actividades más allá de la una de la madrugada no tenían participantes. Así que Ocioleiros se reinventó centrándose en horarios más tempranos y ahora ninguno de los talleres pasa de las once o las doce de la noche.

Plazos y vacantes

El pasado viernes se cerró ya el plazo de preinscripciones que, un año más, llegan a las mil solicitudes. Hoy mismo se comprobarán los listados y se contabilizarán las plazas que quedan libres para volver a ofertarlas. Entre mañana, 31 de enero, y hasta el 2 de febrero se ocuparán las plazas vacantes con las personas que formalizaron la preinscripción. Además, los que queden fuera volverán a tener otra oportunidad el día 3, ya que se abrirá el plazo para ocupar las vacantes.

Esther Garrido confirma que, por el momento, las clases que tienen más éxito son la de cocina, cata de vinos gallegos, yoga, bailes de salón y fotografía. «As máis clásicas son as que sempre teñen máis xente», indica. Y tanto ella como su equipo, formado por Luis Hernández, Adolfo Monteagudo, Gero Díez, Lucía Filloi, Diego García y Carlos Blanco, hacen un trabajo de campo muy importante para saber cuáles son las actividades que están más de moda y podrían tener más adeptos. «Aínda que eu coordino, os compañeiros buscan e propoñen», comenta la edila. De hecho, su departamento de vez en cuando usa encuestas para saber qué actividades les gustarían a la gente. «Dende hai anos piden que haxa guitarra, pero non como ensino regrado, senón algo máis libre. E este ano haberá guitarra», añade. Comenta también que todos los monitores y tutores que dan las clases son «profesionales». Gero Díez, del área medioambiental y cultural, comenta que las actividades consideradas un tanto «singulares» se lanzan un año para ver cómo funcionan y, si tiene éxito, se les da continuidad, como pasa con el taller de masaje tailandés. «A maioría queda por decantación. Se na primeira edición teñen éxito, no segundo ano duplicamos a oferta. E isto é o que pasa normalmente», comenta.

Cazadores de tendencias

Tanto Esther como Gero comentan que hubo grandes dudas, por ejemplo, con la actividad de la huerta ecológica, pero los vecinos la acogieron con mucho interés. «Hai que estar atentos ás tendencias».

Uno de los últimos fichajes para Ocioleiros es David Balado. Fue alumno hace tres o cuatro años de Gabriel Tizón en el taller de fotografía. Así que propuso realizar algo complementario a esas clases, para que los alumnos pudiesen seguir formándose en el tratamiento de las imágenes. «O ano pasado tivo bastante aceptación, así que este ano repetimos». La edad media de sus alumnos son 45-50 años, porque los más jóvenes ya están más familiarizados con el mundo digital. «O reto é conseguir que a cámara e o ordenador funcionen xuntos. Eu fago de nexo entre eses dous mundos», comenta con una sonrisa.