El gramón, un césped utilizado en viviendas e instalaciones deportivas, desplaza a la flora autóctona en el monumento natural Dexo-Serantes
09 mar 2015 . Actualizado a las 20:12 h.Cuando la uña de gato empieza a estar controlada en buena parte de la costa oleirense y el Concello de Oleiros ha comenzado su campaña de erradicación de los plumachos, una nueva planta invasora, mucho más discreta y cotidiana, está haciéndose sitio entre la flora autóctona litoral. Se llama gramón (stenotaphrum secundatum para los botánicos) y a la vista no es más que un césped que se usa de forma habitual en jardines y, en especial, en el entorno de las piscinas por su resistencia a elementos como el cloro.
Bajo su inofensiva apariencia, se oculta, sin embargo, una especie de las consideradas invasoras por la Consellería de Medio Ambiente, que se está extendiendo por el monumento natural Dexo-Serantes, al norte del municipio, y está desplazando a las especies autóctonas, como la festuca, la herba de namorar o el perejil de mar, según han podido constatar los técnicos del Ceida que desarrollan diversos programas educativos para la erradicación de este tipo de flora.
En los últimos cuatro años, se ha conseguido controlar la presencia de uña de gato en las zonas accesibles del litoral de Dexo-Serantes gracias a la labor de voluntarios, como la desarrollada por alumnos del instituto María Casares de Bastiagueiro en el marco del programa Voz Natura, pero los técnicos han detectado que en las zonas libres en las que no abunda esta vistosa planta ha comenzado a crecer el gramón, en concreto en uno de los tres hábitats protegidos del monumento natural.
En esta zona del municipio también ha comenzado a detectarse, aunque de forma muy puntual, la presencia de plumachos, una especie que el Concello de Oleiros ha comenzado a erradicar de fincas privadas con un protocolo que combina el desbroce y el tratamiento con herbicida.
Ejemplares bellos y peligrosos
Desde el departamento de Parques y Jardines de Oleiros aseguran que el gramón es una especie que no se usa en los espacios públicos y alertan de los riesgos de otras que resultan especialmente vistosas, como las varitas de San Juan, que están comenzado a ser un problema junto a los ríos. También lo es la «reynoutria» japónica, que afecta de forma grave a los cimientos de los edificios.