Vecinos de O Carballo que protestaron en los setenta para pedir un paso seguro exigen que se mantenga el dispositivo
01 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.Carmen, Manolo, Pirusa, José Luis, Marisé... se sientan en torno a una mesa para recordar que hace casi 40 años se movilizaron, junto con otros vecinos de O Carballo, en Oleiros, para conseguir un paso seguro para cruzar lo que hoy es la N-VI. «En un traxecto de 500 metros morreron oito persoas», apunta Manolo, y unos y otros se van sacando la palabra para recordar con sus nombres, sus parentescos o sus apodos las víctimas de atropellos mortales en este punto de la carretera, empezando por dos niñas del colegio.
Los cortes de tráfico que estos vecinos protagonizaron durante muchos domingos en aquella época, donde la presencia de la policía era mucho más intimidante que hoy, forzaron a las autoridades a instalar un semáforo que el Ministerio de Fomento pretende eliminar hoy para agilizar el tráfico en esta zona. El proyecto, cuya ejecución parece inminente, prevé la construcción de una rotonda a unos quinientos metros en dirección a Iñás, lo que impedirá realizar el giro directamente hacia la calle Miguel Hernández para llegar a Oleiros y suprimirá el regulador luminoso para el paso de peatones. «Se nos poñen un paso de peóns, non facemos nada», se quejan.
La más veterana de los vecinos que esta semana se han reunido para exigir que se mantenga el paso peatonal regulado por semáforo es Carmen Vázquez, de 84 años. «Cando vin a vivir ao Carballo hai 60 anos, era un luxo vivir ao lado da estrada; hoxe é un martirio», asegura esta vecina del número 99 de la avenida das Mariñas, quien ha sido testigo de innumerables accidentes ante su puerta y ahora denuncia la incertidumbre en la que los tiene el ministerio.
«Fomento tennos en suspenso desde hai once anos», remarca Manuel, de 66 años, quien recuerda jugar de pequeño por el punto por donde pasan en la actualidad 30.000 coches al día. Hace más de una década que el Gobierno central tiene previsto ampliar la carretera en este tramo, donde inicialmente se proyectó un paso subterráneo para canalizar el grueso del tráfico y ahora se prevé una regulación provisional con una nueva rotonda y la ampliación de la de Mesón do Auga. «Aquí a desconfianza que ten a xente é que se faga provisional, pero que quede así para sempre», apuntan.
Los vecinos recuerdan que el paso de O Carballo da acceso a numerosos servicios ubicados Oleiros, como el centro de salud, los colegios o la piscina. «Isto vaise converter nun circuíto para o tráfico», aseguran los vecinos, quienes exigen que se garantice el tránsito de los viandantes.