El centro Ricardo Baró celebró ayer su vigésimo aniversario con una gran fiesta en la que participaron más de un centenar de personas, entre alumnos y familiares
24 sep 2009 . Actualizado a las 02:00 h.El centro Ricardo Baró que Aspronaga tiene en Oleiros sopló ayer 20 velas y lo hizo a lo grande, con una fiesta en la que participaron más de un centenar de personas, entre internos y sus familias. El horario habitual de actividades se convirtió en una maratón lúdica que la mayoría exprimió al máximo. Algunos ni siquiera notaron el calor, que ayer apretó, mientras disfrutaban de los hinchables por la mañana o de la sesión de música y verbena por la tarde.
Aspronaga es una asociación de padres con niños que tienen problemas como el síndrome de Down y nació en el año 1963. Desde entonces no ha hecho más que avanzar, primero con la creación de un colegio especial, que abrió al año siguiente de la fundación de la entidad y después con un torrente de centros asistenciales variados.
En el año 1979 nació el centro laboral de Lamastelle, que proporciona servicios y cursos para que los enfermos mentales aprendan un oficio y tengan opciones para incorporarse al mundo laboral. Diez años más tarde se creó otro centro para aquellos cuyas metas están en otros horizontes. Y es que el centro Ricardo Baró ofrece servicio de residencia y de atención especializada a personas adultas con discapacidad intelectual grave y que necesitan de apoyos extensos y generalizados.
Metas
Aunque ayer era un día de fiesta también hubo voces que incidieron en el camino que queda por recorrer, «que siempre es mucho», según reconoce uno de los responsables. En cualquier caso, el balance de la jornada fue muy feliz: «Estamos agotados, porque ha sido preciosa la jornada, llena de actividades y de celebraciones muy emotivas», precisaba una de las organizadoras, en torno a las cinco de la tarde, cuando remataron los festejos.