El festival Loro Facu de Miño, una encrucijada para progresar desde la independencia

Carmen Novo / C.A. A CORUÑA

MIÑO

Loro Facu
Loro Facu Aigi Boga

El festival se celebrará este fin de semana en Costa Miño con artistas como Yawners, Kings of the Beach, Ortiga o Bala

22 jul 2021 . Actualizado a las 21:05 h.

Los vecinos de Miño recuerdan al loro Facundo en su ventana, entre silbidos, cantando y con alguna que otra palabrota en el pico. Su fama se extiende ahora gracias al festival Loro Facu, organizado en el pueblo por tres jóvenes que veían necesario «montar algo» fuera de los círculos de producción cultural convencional. Son las hermanas Lúa y Zeltia Mosquera y Michael Cabana. Este año, en el festival se dan cita artistas como Yawners, Bala, Kings of the Beach, Ortiga o Grande Amore, desde el viernes hasta el domingo. 

La iniciativa nace en 2016 como una «necesidad social». Para Lúa Mosquera, la etiqueta independiente tiene dos acepciones paralelas. Por una parte, significa apostar siempre por lo local y, por otra, intentar servir como plataforma a artistas difíciles de ver. «Si miras los carteles de los festivales gallegos, hay cuatro o cinco grupos que están en todos», comenta. Ellos intentan huir de eso. Y no por una cuestión de presupuesto, si no de convicciones. Se refiere a la falta de conciencia que impera dentro de la producción cultural, mismo por parte de todas aquellas bandas que no fueron grandes desde un principio: «Seguramente haya fans que todavía recuerdan haberlos visto tocar ante cuatro personas». 

Por eso, agradece la entrega del público que acude al Loro Facu; indirectamente, están ayudando a situar en el mapa la escena underground. Aunque no son muchos, la gran mayoría de asistentes participan desde la primera edición, independientemente de quién esté en el cartel. Para ella, eso es lo más importante: «La gente viene abierta a conocer nuevos grupos, algo que se está perdiendo».

Para explicar esto, Lúa sitúa en el punto de mira los cambios a los que se ha visto sometido el consumo cultural. Antes, escuchar música era algo mucho más «exclusivo». En los festivales descubrías y escuchabas canciones que, de otra forma, eran inalcanzables. «Ahora, tener la cultura a mayor alcance puede producir un pequeño desencanto», dice. 

Pero, para la organizadora del Loro Facu, el significado de los festivales está en un punto de inflexión tras la pandemia. Antes, eran un punto de encuentro y representaban cierto desfase para el público general. «Nos olvidábamos de la música», comenta Mosquera, «muchas veces incluso estabas de espaldas al escenario». Ahora, los protocolos sanitarios obligan al público a permanecer sentado en sillas con la distancia social correspondiente. Por primera vez, el foco está centrado única y exclusivamente en la propuesta musical. «Y no solo porque no nos queda más remedio que sentarnos y mirar el escenario, si no porque echamos de menos los directos, y eso nos ayuda a valorarlo», dice.

Este año, el cartel está compuesto casi íntegramente por artistas gallegos como Bala, Grande Amore u Ortiga. A nivel práctico, con las medidas de seguridad vigentes tras la pandemia, necesitaban evitar problemas con los desplazamientos. Pero, sobre todo, lo vieron como una oportunidad para apoyar y dar visibilidad a artistas independientes que apenas han podido actuar durante este tiempo. 

progresar dentro de la independencia

Admiten que progresar desde la independencia es muy duro. «¡No lo hacemos nunca más!», se quejan todos los años. Pero el Loro Facu acumula ya cinco ediciones, con un parón tras el confinamiento. «Siendo honestos es como crece un festival», dice Lúa. Es una organización sin ánimo de lucro, por lo que el beneficio económico no les afecta en absoluto. Así, sin pretensiones más allá de lo que pueden ofrecer y, sobre todo, con poco presupuesto, hay mucho más «trabajo humano» detrás. Para ellos, lo más importante es atender al público y a los artistas. Así, se han ido ganado una reputación dentro el círculo independiente

Aunque los festivales lleven mal las críticas constructivas, ellos aseguran que las tienen muy en cuenta: «Nos tomamos el festival como la vida, vamos creciendo a través de nuestros errores», dice Lúa. Intentan mejorar en todo escuchando lo que piensan los asistentes: «Por ejemplo, queremos la paridad del cartel entre hombres y mujeres, algo que no tuvimos en cuenta los primeros años», se sincera. 

 Un festival como dinamizador cultural

En el pueblo de Miño, el impacto del Loro Facu es más que notable. El festival es una cita multidisciplinar, donde conviven música y arte. Tienen un recital de poesía y todos los años hacen un mural por las medianeras de los edificios, todo referido al loro. «Así, se vinculan a un festival una serie de mejoras culturales relacionadas con el pueblo», comenta. 

Además, según la organizadora, ayuda a construir una escena cultural más «sofisticada». Podían haber cogido el festival y celebrarlo en A Coruña, ciudad a veinte minutos de distancia. Pero les parecía que los pueblos pequeños tenían que ser altavoces de este tipo de culturas, y dejar constancia de que también había gente con motivaciones culturales allí. «Aún hay quien piensa que tienes que ir a Madrid para triunfar en cualquier disciplina artística», dice. Intentan demostrar que en Miño o en cualquier lugar es posible construir un futuro cultural sólido

El festival comienza este viernes con las actuaciones de Grande Amore, Yawners, Grima, Turbo Kracks y Mascada, y continúa el sábado con Ortiga, Bala, Syberia, Viuda y Wasted Wiltons. Las entradas se podrán adquirir hasta el mismo día en la web del festival. El domingo al mediodía actúan Kings of the Beach, y la entrada será gratuita hasta completar el aforo.