El sector se muestra cauteloso por el cambio de nivel, que permitirá abrir a numerosos negocios que continúan cerrados
13 mar 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Los hosteleros de Miño se mostraban cautelosos sobre el anuncio de cambio de nivel. «A ver se nos deixan abrir e recuperar un pouco», apuntaba Vicente Sánchez Cabana, al frente del bar Riazor. Su caso demuestra lo que ha supuesto para la hostelería la pandemia. Ya no atiende el bar más que los fines de semana, como autónomo ha decidido realizar trabajos de jardinería para poder afrontar los gastos y pagar a las dos empleadas que mantienen abierto su negocio. «Así vaise capeando, non se factura coma antes», reconoce sobre un negocio que lleva nueve años abierto.
«Eu cando menos podo abrir, porque en Miño hai moitos locais pechados porque non teñen terraza», reconoce con pesar sobre la suerte de otros compañeros.
«Haberá que aguantar e axudarnos uns aos outros»
«Alomenos poderá vir a xente», explica Marcelo Pantín, del bar Bahía, que admite que la «pandemia colleunos de cuajo», en referencia que llevan solo dos años abiertos. Ahora en el bar trabajan tres personas, cuando han llegado a ocupar a ocho. «Cambiounos moitísimo, haberá que aguantar porque foi moita obra a que se meteu no local e axudarnos uns aos outros», comenta, reconociendo que espera una remontada en verano. «O Concello está facendo un bo labor e axúdanos facendo que todo sexa máis levadeiro dentro do que cabe», señala.
«Comparando con outros aínda imos tirando, nunca pechamos»
Adrián Anido, del bar Vidal, reconoce que esta es la peor crisis vivida por el sector. Ni con la del ladrillo, que en Miño dio duro, tuvieron una situación tan crítica. Tienen experiencia para decirlo, el negocio lleva 37 años abierto. «Comparado con outros aínda imos tirando, nunca pechamos e fixemos comida para levar que foi funcionando», apunta y dice que tiene esperanza de que la vacunación llegue a un mayor número de personas para que se alivien las limitaciones.