Recomiendan evitar el baño en Perbes por un vertido de fecales

claudia vázquez, a. a. MIÑO / LA VOZ

MIÑO

C. V.

Malestar entre los bañistas porque el arenal, uno de los más concurridos, está vigilado desde la playa Grande de Miño

04 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Sobre las 14.00 horas de ayer se colgaba en la playa de Perbes un cartel que recomendaba evitar el baño. La razón es una «contaminación temporal del agua de baño con enterococos intestinales y/o Escherichia coli». Este tipo de bacterias es de origen fecal y puede producir infecciones como otitis o gastroenteritis. La contaminación se detectó en uno de los análisis rutinarios que se realizan en todas las playas cada quince días.

Agustín Andrés, concejal de Medio Ambiente, dice estar sorprendido del resultado de la prueba y afirma que «el agua de la playa de Perbes siempre ha obtenido calificaciones excelentes en los análisis. Esta es una situación excepcional». Agustín Andrés sospecha que el resultado se debe a un vertido puntual: «Probablemente proceda de la bodega de uno de los muchos barcos que han pasado por la zona últimamente». El Concello no esperará otros 15 días al siguiente análisis sino que encargará otro por su cuenta a un laboratorio hoy mismo. Los nuevos resultados se conocerán, según Andrés, «el viernes como muy tarde». El coste de este análisis será asumido por el Concello, que confía en volver a obtener una calificación de salubridad del agua excelente, como vino haciendo estas últimas temporadas.

Rondas periódicas

Mientras tanto, los socorristas de los arenales de Miño brillan por su ausencia. A excepción de en la playa Grande, que sí cuenta con un equipo de ocho, el resto de playas del Concello pasarán el verano sin vigilancia fija. Las casetas de socorrismo de Perbes, Lago y Ribera están vacías este agosto, para preocupación de los vecinos y usuarios habituales.

Para asegurar la vigilancia en todos los arenales, el equipo de socorristas de la playa Grande cuenta con una moto acuática equipada con una camilla. Constante Cabral trabaja en el único puesto fijo de salvamento de Miño y explica que «la embarcación hace rondas periódicas por las playas de Ribera, Lago y Perbes». Ante la preocupación de los vecinos por este método afirma que «como máximo tardamos desde que recibimos la llamada unos 3 o 4 minutos en llegar a donde nos necesiten».

Hay distintos criterios entre los bañistas ante esta situación. María José Daixe dice que ve «a los socorristas incluso más atentos haciendo las rondas en lancha que estando en el puesto fijo», pero para otros, como Jesús Fernández, genera inseguridad. «Esto es una vergüenza. En el tiempo que tardan en lancha desde Miño se puede morir uno», considera.