Tensa asamblea con los expropiados de Miño, que exigen responsabilidades

dolores vázquez MIÑO / LA VOZ

MIÑO

El gobierno municipal arropó al alcalde en la asamblea.
El gobierno municipal arropó al alcalde en la asamblea. césar delgado

El alcalde, dispuesto a reclamar a la Xunta por aprobar en su día la operación urbanística

16 abr 2016 . Actualizado a las 18:31 h.

La convocatoria del alcalde, Ricardo Sánchez, ayer en el centro social da Rúa para explicar su cambio de propuesta en el pago de la deuda municipal a los expropiados de Fadesa fue un éxito, llenó, pero no así sus explicaciones, ya que fue interrumpido antes de acabar por un afectado que le reprochó que «se durmieron en los laureles». «Ya estamos cansados», añadió, dejando claro que hay una responsabilidad política por no pedir, en su día, avales a Fadesa, lo que deja ahora el pago de 12,5 millones de las expropiaciones a cargo de las arcas municipales, a lo que hay que sumar, al menos, otros 8 millones de intereses.

Fue una asamblea bronca, en donde incluso hubo insultos, y en la que Sánchez no convenció cuando dijo que él intenta velar por los intereses generales cuando propone abonar ahora solo el 50 % de la deuda principal y el resto en 10 años. «As mordidas para outros e as trabadas para o pobo», replicó desde la parte superior uno de los afectados cuestionando un macroproyecto urbanístico, el de Costa Miño, que se vendió como la apuesta estrella municipal y que tres lustros después sigue sin resolverse para quien perdió sus tierras. También le recordaron al regidor que en su día dijo que iba levantar alfombras y que ahora se sienta «con el equipo que montó el tinglado».

Del grupo popular, al que ayer mismo los socialistas pedían que recapacitase y cambiase su propuesta, solo habló Jesús Veiga, primer teniente alcalde y al que los asistentes recriminaron, en varias ocasiones, su pasado, ya que él firmó en una ocasión los contratos con la constructora, pero él respondió erigiéndose como el único que había pedido, en su día, avales y zanjando las críticas diciendo: «No me arrepinto de nada porque son unha persoa honrada». Entre el público estaba también el que fuera edil nacionalista Anxo Abraira, que reclamó que también se pida responsabilidades a la Xunta por dar el visto bueno a aquella operación. Una cuestión, que el regidor, dijo compartir y anunció que estudiaría, aunque hasta el momento nunca se había puesto sobre la mesa.