«Auguro que Ricardo Sánchez será el próximo candidato del PP»

S. Acosta Miño / La Voz

MIÑO

23 ene 2016 . Actualizado a las 13:12 h.

Manuel Vázquez Faraldo (Miño, 1962), asegura que el pacto entre el PP y el alcalde de Miño no le ha cogido por sorpresa.

-¿Por qué era algo que veía venir?

-Porque nos habíamos dado cuenta de que el PP no era sincero en su intento de negociar con nosotros. Exigían unas cosas y cada vez que accedíamos, complicaban más la negociación y alargaban los plazos. Veíamos que nos estaban utilizando para presionar a Ricardo.

-¿Se siente engañado?

-Me siento defraudado, pero ya mucha gente, incluso gente significada del PP, me decía que no me fiase de Jesús Veiga. Al final, se ha demostrado que, evidentemente, no era una persona de fiar.

-¿Qué falló con Ricardo Sánchez?

-Lo que falló es que se empeñó en quedarse en la alcaldía y desde luego, es difícil negociar con quien no quiere. Él decía que lo habían puesto ahí y en eso se parapetaba, se endiosó y se creyó que era el alcalde del pueblo cuando el pueblo no le votó. Hay que recordar que tuvo 234 votos, que fue la fuerza menos votada. Y lo que es curioso es que el PP dilapidase los 1.389 votos para auparle a la alcaldía, y ahora por segunda vez vuelve a cometer el error. Con Ricardo, la verdad, se ve que su credibilidad es poca, porque ha pasado por cuatro partidos en dos años. El PSOE, Compromiso por Galicia, Miño Plataforma Aberta y ahora está al lado del PP. Auguro que será el próximo candidato del PP y que Jesús lo está utilizando como una marioneta, aunque Ricardo es mucho más listo que Jesús, pero Jesús es más pillo.

-¿Cree entonces que va a ser un pacto duradero?

-Como se ve que es un pacto de intereses personales, creo que la fecha de caducidad está ahí. No le auguro un futuro muy largo, y si no al tiempo, ya se verá.

-Se le ha escapado la alcaldía, ¿no cree que algo de culpa ha podido tener?

-Eso era una encrucijada y claro que todos tenemos culpa. Siempre antepusimos el interés de Miño a los nuestros propios e incluso a los del partido. Quizás pecamos de exceso de responsabilidad. No tengo por qué ocultarlo.