Dos semanas sin pistas del desaparecido de Culleredo

a. mahía A CORUÑA / LA VOZ

CULLEREDO

Portal de la casa de Culleredo en la que residía el desaparecido.
Portal de la casa de Culleredo en la que residía el desaparecido. MARCOS MÍGUEZ

Nada se sabe de él desde el día 5 a las 19.00 horas, que fue la última vez que se conectó a su teléfono móvil

21 may 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Orro es una tranquila parroquia de mil habitantes, en Culleredo, en la que casi nunca pasa nada. Pero esa paz se derrumbó de pronto hace unos días cuando salió a la luz la extraña desaparición de uno de sus vecinos de toda la vida. Nada se sabe de él desde el día 5 a las 19.00 horas, que fue la última vez que se conectó a su teléfono móvil. A nadie hubiese sorprendido la falta de un hombre de 50 años, soltero y sin hijos a su cargo si no fuera porque en su casa había restos de sangre y signos evidentes de que la habían intentado limpiar. Aparte del hallazgo de un casquillo. Como rara fue también la presencia de una carretilla de obra en el fondo de la piscina.

En el mundo donde se mueve este hombre con numerosos antecedentes penales, este tipo de cosas suelen suceder. El desaparecido «andaba metido en el mundo de la droga». Los vecinos llevaban meses molestos por las visitas que recibía Javier Iglesias. Tanto en su casa con en los alrededores. De hecho, la Guardia Civil ya lo estaba investigando a raíz de las denuncias de algunos residentes, que se habían tomado la molestia de apuntar las matrículas de los coches que acudían a verse con el desaparecido. A todas horas del día y de la noche. «Era gente con mala pinta», describe un vecino a los que frecuentaban la vivienda del hombre, una casa de al menos 400 metros cuadrados y con una gran finca, propiedad de su tía, a la que se había ido a vivir solo en la pandemia.

Las denuncias se pusieron pese a que la familia de Javier Iglesias es muy querida en la zona. «Son unos vecinos excepcionales, pero tuvieron un hijo que les hizo la vida imposible», dicen.

Cuando la Guardia Civil llegó a la casa y se encontró con esas preocupantes pistas, inició una investigación en la que participan algunos agentes que llevaron el caso de Diana Quer. A Javier lo buscan desde entonces. Al principio se pensó que se había ido con su coche, un Mercedes de color gris. Pero el vehículo fue encontrado en manos de un amigo. Cuando declaró, explicó que Javier se lo había dejado días antes y la Guardia Civil no tenía por qué dudar de su versión. En un vistazo al interior del automóvil no se halló pista alguna para pensar que el conductor estaba involucrado en su desaparición.