Teresa se despide de la ría de O Burgo

Toni Silva CULLEREDO

CULLEREDO

MARCOS MÍGUEZ

El 9 de noviembre faenó por última vez antes de coger una baja laboral. Cuando se incorpore, el inminente dragado ya estará ocupando el estuario

17 dic 2021 . Actualizado a las 20:12 h.

En septiembre de 1992, Teresa Ramiro comenzó a doblar la espalda en una ría de O Burgo que ya clamaba por una regeneración. Tres meses después, el Mar Egeo montaría su noche en pleno día, otra desgracia sobre el mar coruñés, que tendría su reedición diez años después con el Prestige. Pero la ría, cuyas obras de dragado deberían empezar este mes, ya se que ha quedado sin las huellas de Teresa. El 9 de noviembre pasado fue su última jornada de marisqueo en el estuario. Luego, el dolor de espalda «e outras cousas que andan polo corpo» la apearon temporalmente de su trabajo. Intentó aguantar una semana pero acaba de coger la baja laboral. Si los políticos cumplen —aunque la ría de O Burgo no es escenario de muchas confianzas—, las obras comenzarán este mismo mes, los mariscadores tendrán que retirarse y a Teresa, cuya jubilación estaba prevista para septiembre del próximo año, le pillará todo esto fuera de O Burgo.

Como todos sus compañeros, está a la espera de que la Xunta y el Gobierno central se pongan de acuerdo sobre las compensaciones que deben recibir durante la parálisis del marisqueo. Teresa señala que no es solo el tiempo de las obras, unos tres años. «A iso hai que engadir outros dous anos, como mínimo, para sementar e conseguir produto cunha talla mínima, así xa nos poñemos nos cinco anos», calcula la veterana mariscadora de 63 años, quien también ha trascendido fuera de las aguas por su labor como poetisa. Su libro Fundido a negro recibió una mención de honor en el Premio Glória de Sant'Anna de Portugal en el 2020.

Cinco años de parón

«Que facemos durante eses cinco anos?», se pregunta, en relación a la falta de acuerdo para que se abonen sus compensaciones, «non son axudas, non son subvencións, son os nosos dereitos». «A min xa me colle xubilada, pero compañeiros aos que lles queda 10 ou 15 anos de traballo, quen lles vai pagar?», reitera la pregunta. Recientemente desde la Consellería do Mar le insistieron en que es el Gobierno de Madrid quien debe asumir los pagos durante el parón del marisqueo por las obras. Mientras, entre los profesionales del mar de la Cofradía de Pescadores de A Coruña aún sigue la indignación despertada por el director de Costas, Rafael Eimil, quien invitó al colectivo a demandar a la Administración central para cobrar, en caso de que la Justicia les dé la razón (dentro de unos cuantos años). «Para iso temos políticos?».

Durante sus últimas jornadas de trabajo en la primera semana de noviembre, el pago pendiente a las 80 familias afectadas era el principal asunto de conversación, la incertidumbre del corto plazo, y la falta de comunicación sobre el final de los trabajos, «porque o que sabemos é porque o vimos na prensa, ninguén nos dixo que marchemos da ría». Considera que el dragado no debería ser incompatible con algunas laboras pendientes, al menos durante los primeros meses. «Poderían deixarnos sementar na zona do materno, aí non afecta a ninguén, a poderíase aproveitar así o marisco», argumenta Ramiro. Más aún cuando las compensaciones están en el aire.

«Ás veces penso que nos tratan como a xente de cuarta categoría, e están errados, somos persoas tan dignas como calquera», espeta Teresa, quien reclama para el oficio del marisqueo el reconocimiento de patrimonio inmaterial. «Mantemos a forma de traballo desde os castrexos, temos un ferro e usamos as mans».