La jueza paraliza el proceso de desalojo del club hípico Os Parrulos, en Culleredo

La titular del Juzgado Contencioso Administrativo número 3 de A Coruña aceptó ayer la solicitud de medidas cautelares presentadas por el Club Ecuestre Os Parrulos el pasado sábado. Con este procedimiento, el cierre de sus instalaciones, previsto por el Concello de Culleredo para este viernes, queda suspendido. Ahora, el gobierno local cullerdense tiene tres días para presentar alegaciones. No obstante, el auto de la jueza no anula el cese de actividad ordenado por el Ayuntamiento.

Las razones que se dieron desde el juzgado para aceptar la urgencia de las medidas fueron dos: la inmediatez de la fecha prevista para el precinto de las instalaciones y los «graves perjuicios» derivados por el cese de actividad y por el traslado de animales «en un período de tiempo tan breve» en el que el titular debería buscar otra parcela para mantenerlos.

Pese a que el documento mantenga el cese de actividad, desde Os Parrulos celebran esta decisión. «Al menos ya no pueden precintarnos», dice su responsable, Manuel Pato. El ayuntamiento de Culleredo anunció hace dos semanas el desalojo de las instalaciones. El club tenía un plazo de 15 días, que llegaban a su fin este viernes, para mover a los caballos.

La razón era la denominación del proyecto. Sus gestores consideran que se trata de un club hípico mientras que el Concello lo califica como una explotación ganadera: «No somos una granja, no vendemos carne. Tenemos una hípica. Así está en nuestra declaración responsable. Tenemos un picadero, una pista de ensayo y vamos a concursos», dice el director, que planteaba antes de conocer la decisión de la jueza titular: «¿Acaso es eso lo que hace una explotación ganadera?».

Manuel Pato explica que el hecho de que la justicia haya decidido ordenar medidas cautelarísimas es síntoma de que «la jueza quiere llegar al fondo del asunto». Es más, la gestión del centro no esperaba esta decisión: «Pensábamos que optaría por dictar medidas cautelares para escuchar al Ayuntamiento, que tendría entre cuatro o cinco días para presentarse, y que aprovecharía para precintar las instalaciones». Ahora, no podrán seguir esta vía y en principio, «Os Parrulos seguiremos con nuestra actividad».

Sin dudarlo, el gestor reconoce que en este tipo de conflictos, «no todo es blanco o negro. Hay matices». Por eso, espera que una vez la jueza tome una decisión, «nosotros tengamos que hacer algún tipo de ajuste. Aunque desconozco cual será». Eso sí, por lo menos, detalla Manuel Pato, «el procedimiento seguirá los cauces correspondientes. Aunque estoy seguro de que el gobierno local querrá cerrarnos en otra ocasión», concluía.

Otros expedientes

El club cuenta con 70 usuarios. Es una organización sin ánimo de lucro, por lo que todo lo que hacen es según su responsable, «público». «No entendíamos por qué querían precintarnos. Si nada de lo que hacemos aquí es para suspender». El club apuesta por la integración y realiza terapias con varios niños. En los últimos días, ha ido publicando en sus redes sociales imágenes y mensajes en los que mostraba su trabajo: «Queremos ponerle nombre y cara a los caballos y a los niños que vienen», contaba Pato.

El impulsor del proyecto remitió al concello una comunicación previa de la actividad en mayo del 2005. Pese a recibir el visto bueno de Urbanismo y Medioambiente, desde el Concello se abrió, en agosto del 2015, un primer expediente de reposición de la legalidad y de cese de la actividad, y posteriormente otro en enero del 2020. «Es una trampa administrativa—detallaba Manuel Pato — abren expedientes y en lugar de cerrarlos para que los podamos llevar a la justicia, los dejaban caducar. Mientras tanto, tendríamos que cesar la actividad», señalaba el responsable. Con el último expediente, abierto por el gobierno local en agosto, comprometían que volviesen a abrir pues anunciaban con precintar el recinto.

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