El sueño de un matrimonio de Culleredo de morir juntos, y que no se cumplió por apenas 14 horas

D. V. CULLEREDO

CULLEREDO

EDUARDO PEREZ

Una esquela en La Voz recoge el fallecimiento casi simultáneo de una pareja coruñesa

07 may 2021 . Actualizado a las 11:35 h.

«Parece que foi pactado». Lo explica así una de las nueras del matrimonio formado por Josefa Pintor, de 98 años, y Jesús Vázquez de 105, pareja a la que enterraron este jueves en el cementerio parroquial de O Burgo, en Culleredo. De carácter muy religioso, ella ofrecía misas para pedir irse junto a su marido. Y al final su deseo no se cumplió por apenas 14 horas. Pero ese escaso margen permitió a la familia despedirlos juntos como querían. Optaron por retrasar el entierro de Josefa para no separarlos ni en la despedida. Tuvieron que volver a poner otra esquela y compartieron flores.

Ella había nacido en Maceda (Melide) en 1923. Él, en Baltar (Arzúa) en 1916, y se conocieron cuando él iba a hacer trabajos de labranza en la casa en la que ella trabajaba. Ya casados y con su primer hijo, desarrollaron toda su vida en Oca (Touro), ligada a una explotación agraria.

Esquela de Josefa y Jesús, publicada este jueves en La Voz
Esquela de Josefa y Jesús, publicada este jueves en La Voz

Con la jubilación vendieron todo y amueblaron el piso que habían comprado en Culleredo y que le permitía estar más próximo a uno de sus cinco hijos. No hubo jubilación traumática en su caso. Llevaron bien el cambio e hicieron muchos amigos, relata la familia. Allí con 70 años, Josefa aprendió a leer en un curso de alfabetización mientras Jesús le ayudaba con los deberes en casa. Aficionados a las cartas, no desaprovechaban una partida en el centro cívico. «Canto mataba o 3 era unha festa», explican sobre Josefa y su afición a la brisca. Ella era de carácter más alegre que su marido y a quien le gustaba el baile. Jesús era más calmado, un «home de paz» y con una memoria que conservó hasta el final, cuando ya el cuerpo no le acompañaba. Hasta los 98 aún iba por el pan y salía a los recados. A ella a los 92 le atacó la demencia.

Juntos se vacunaron del covid hace una semana, a los pocos días ambos dejaron de comer y ella murió el martes a las 11.00 de la mañana. Él que estaba también muy delicado, despertó solo con la visita del sacerdote cuando llegó para la extrema unción, aunque sus fuerzas ya no le permitieron finalizar el ademán que hizo de persignarse. Cuando velaban a Josefa, Jesús decidió acompañarla. «Estivo toda a vida moi entregado a ela», reconocía su familia, que asegura que fueron un ejemplo de bonhomía.