Usuarios pagan los billetes sin el descuento al que tiene derecho
18 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.La denuncia penal de Asicasa el pasado mes de febrero contra la usuaria de Culleredo que se negó a abonar el billete en metálico después de dar error su tarjeta, sigue su tramitación. La mujer presentó a su vez una denuncia administrativa y, ahora, la compañía de transportes defiende ante la Xunta su sistema de cobro pidiendo que se archive el caso y no se abra expediente sancionador. Y lo hace admitiendo que en el citado sistema de cobro se producen errores.
En concreto, en su escrito de defensa ante la jefatura de Mobilidade, admite que los conductores no pueden resolver ni comprobar si han existido cobros, «pues estos no quedan registrados en nuestro soporte informático». Indican que cuando se producen los errores se solucionan «fácilmente» pulsando nuevamente la tecla de cobro y acercando la tarjeta. «De este modo se anula la operación anterior y se emite un recibo de anulación que revierte el importe del billete a la tarjeta del cliente». Es decir, se le cobra de nuevo devolviendo el importe anterior, aunque sin dejar registro de la operación en la canceladora.
La compañía explica, en este sentido, que en su listado no existen movimientos de la tarjeta de la denunciante el día que sucedieron estos hechos. Sin embargo, ella aporta copias de los extractos bancarios de su tarjeta del bus metropolitano en la que se confirma que sí pagó el billete. En sus alegaciones, esta particular recuerda a la Xunta que si las canceladoras son las que dan problemas no debe recaer la responsabilidad en el usuario: «Los usuarios no somos los culpables de que las canceladoras no funcionen correctamente, somos los afectados y timados por ese fallo. Y la empresa Asicasa se beneficia de los cobros indebidos, que no se reclaman por el trastorno que ello significa».
En este sentido, el BNG de Culleredo denunció que estos fallos obligan a los viajeros a pagar billetes sin el descuento al que tienen derecho (1,50 en vez de 0,80 céntimos) y que, en el peor de los casos, tienen que «quedar en terra». De hecho, en algunos casos los continuos cobros supuestamente fallidos dejan sin saldo las tarjetas de los usuarios.