«Nuestro peor enemigo son las plagas de gusanos»

Elena Silveira
elena silveira CULLEREDO / LA VOZ

CULLEREDO

Los gusanos, el peor enemigo de los cursillistas.
Los gusanos, el peor enemigo de los cursillistas.

Los huertos urbanos que se crearon en el Jardín Botánico de O Burgo ya están dando sus primeras cosechas

28 jun 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Un grupo de 26 vecinos de Culleredo comenzaron el pasado mes de mayo un curso de agricultura ecológica. Y tras un primer conocimiento teórico, los alumnos han pasado al terreno. En sentido literal, ya que han comenzado el trabajo práctico en unas parcelas de 50 metros cuadrados cada una situadas junto al invernadero del Jardín Botánico de O Burgo. Algunos tienen la plantación bastante adelantada y están a punto de recoger la primera cosecha. «A las lechugas les falta solo un poquito para estar en la ensaladera», comenta Mercedes Méndez, que también tiene ya el calabacín en flor. «De momento en mi huerto no recogimos nada, pero no tardaremos mucho», explica. También Guadalupe Mourelle cuida con esmero su huerto urbano y todos los días se desplaza desde Vilaboa para pasar revista a las judías verdes, los pimientos, las cebollas, los tomates cherry o los semilleros de zanahoria. «Vengo todos los días. A veces me propongo quedarme en casa, pero al final me acerco un momento tan solo para regar... pero me acabo quedando dos horas». Dice también que los huertos urbanos son una oportunidad única para retomar el contacto con la agricultura.

Todo ecológico

De hecho, los alumnos han experimentado nuevas plantaciones, abonos ecológicos y, sobre todo, se esmeran en luchar contra el viento, los pájaros y los gusanos. «Todos los días te encuentras una sorpresa. Los bichos van a los tierno, no dejan que crezca la planta. Y, claro, en casa abusas más de los insecticidas, pero aquí tenemos que buscar alternativas más naturales para combatir las plagas», explica Juan Rodríguez Crespo, que vive en Vinxeira Grande. Y como la necesidad agudiza el ingenio, los huertos están llenos de inventos y pruebas para combatir cada problema que se presenta. Así, Carmen Sánchez fue una de las primeras en disponer cañas y hojas seca a lo largo de su plantación a modo de cortavientos. Al ver que este recurso funcionaba, algunos no tardaron en imitarla. Carmen también se esmeró en crear un espantapájaros que todavía no tiene nombre: «Lo llamamos Compañeiro, porque es el que auxilia el huerto», aunque otros alumnos crearon un mecanismo más simple para espantar las aves con una simple botella de plástico. «La ventaja de los que vamos con un poco de retraso en el huerto es que vemos los errores o problemas que tienen los compañeros y, así, no caemos en ellos», explica María José. Los participantes tendrán tiempo de enmendar esos errores, porque comienzan a recoger la primera de las cuatro cosechas que tendrán a lo largo de un año.