«Hay muy pocas mujeres haciendo producciones de ciencia ficción o de terror»

Alejandro García Chouciño
A. G. CHOUCIÑO A CORUÑA

CORUÑESES

Marcos Míguez

Sara Lorenzo y Julio López ganan dos premios en su début en el Concurso Internacional de Curtametraxes «Cinema Fetus»

02 nov 2019 . Actualizado a las 10:27 h.

Sara Lorenzo y Julio López vienen de debutar con éxito en el Concurso Internacional de Curtametraxes «Cinema Fetus». Han logrado con el cortometraje Cafeína los premios a Mellor Teoría Patafísica y Morte Máis Lograda, que otorga el público del Festival de Cinema Fantástico da Coruña. Ambos afirman ser vecinos de Monte Alto de toda la vida y, de hecho, ya se conocen desde pequeños. No obstante, comenzaron a trabajar en proyectos juntos hace unos pocos años.

-¿Lográis vivir profesionalmente con los proyectos audiovisuales?

Sara Lorenzo. A mayores de hacer cortos sin dinero, yo trabajo como técnica de comunicación en la Universidad de Coruña.

Julio López. Yo ahora relacionado con lo audiovisual la verdad es que no tengo nada. Hice las prácticas de la Escuela de Imagen y Sonido de A Coruña y poco más.

S. L. A mí realmente es que me atraen más las producciones de bajo presupuesto. Como es muy complicado conseguir financiación, pues trabajar con bajo presupuesto siempre es una opción. Ahora con el mundo digital abarata bastante los costes y te puedes permitir hacer proyectos por libre.

-¿Es la primera vez que trabajáis juntos en un proyecto?

S. L. Sí, es el primer corto que hacemos juntos. Luego cada uno tiene sus proyectos personales. Esta producción se hizo en conjunto y la idea es que sigamos haciendo más cortometrajes...

J. L. Más que nada porque montamos un equipo de trabajo, que es lo más difícil de hacer. Entonces ya lo vamos a aprovechar.

No te puedes plantear hacer un largometraje sin financiación externa o poniendo tú el dinero

-¿Por qué cortos y no otros formatos como pueden ser las webseries?

S. L. Yo ahora mismo colaboro con una webserie que estamos grabando con Corentena Produccións y que saldrá a finales del próximo mes. Pero cuando trabajas con muy bajo presupuesto, que en el mundo audiovisual aún es dinero, y nosotros trabajamos practicamente sin dinero... [risas], entonces son formatos más accesibles. No te puedes plantear hacer un largometraje sin financiación externa o poniendo tú el dinero. Los cortometrajes o los capítulos de una webserie sí que es un formato más accesible.

J. L. Es que no existe la financiación. Es nuestro dinero, y ya de invertir en algo pues invertimos en nosotros.

-¿Qué os llevó a decantaros por la ciencia ficción, el cine fantástico...?

S. L. Yo, por mi parte, porque es un tipo de cine que me gusta mucho. Son géneros que siempre me han atraído un montón. Luego creo que también hay muy pocas mujeres haciendo producciones de ciencia ficción o de terror. También creo que a veces hay un exceso de otras temáticas que se repiten continuamente y tampoco dan pie a que salgan nuevas historias. Como que son géneros muy denostados. El terror y la ciencia ficción nunca se consideró cine de verdad, cine de autor...

-También es un campo que os permite experimentar.

J. L. Es un género bastante trillado la verdad. Pero tiene un punto de comedia absurda que le da su toque divertido a la historia

S. L. Yo no sabría decir en qué género metería Cafeína. Porque no creo que sea ciencia ficción, no es terror... tiene puntos de comedia. Hay partes que están grabadas como si fuese un wéstern. Es un proyecto en el que aprovechamos para jugar mucho con el propio lenguaje audiovisual y en el que podíamos cambiar de género cuando quisíeramos y como quisieramos. Incluso de secuencia en secuencia. Entonces no creo sea terror. [risas]

Hay gente que va todos los días a la misma cafetería a leer el periódico, a tomar el mismo café y surge la idea de qué pasa si a una de esas personas se le rompe esa rutina

-¿Cuál es la metáfora de Cafeína?

J. L. Es la transformación de un antihéroe. Sería como el hombre del saco, algo con lo que asustan a los niños, pues el origen de la historia. Y con un absurdo, que es que está enganchado al café y que la gente le tenga miedo porque le gusta beber café.

S. L. Es como un juego. Lo de tomar café yo me dí cuenta con el paso de los años que tiene un componente muy de ritual. Hay gente que va todos los días a la misma cafetería a leer el periódico, a tomar el mismo café y surge la idea de qué pasa si a una de esas personas se le rompe esa rutina. De golpe ya no puede tomar ese café donde lo hace todos los días y comienza a buscar el café perfecto y en todo ese proceso se va convirtiendo en un antihéroe.

-¿Cómo surge la idea?

S. L. Tiene una historia un poco peregrina. Realmente la idea surge trabajando como camarera y viendo estas rutinas de personas que acuden todos los días a la misma hora, al mismo bar. Y luego realmente, yo no tomo café porque soy una persona nerviosa de por sí y solo lo tomo si lo necesito. Y este efecto de mezclar ese concepto de la droga legal, que además está muy vinculada tanto a la rutina de leer el periódico como el propio trabajo, y meterse un poco en esa espiral. También el factor de los personajes antihéroes que siempre atraen mucho. A mí son personajes que me atraen mucho.

-Es un corto que grabasteis en Coruña. ¿De qué localizaciones echasteis mano?

S. L. Hay localizaciones que eran por pura necesidad, como parte de las secuencias que se grabaron en la casa familiar de Julio. Otras partes se grabaron en un mesón que estaba en el centro, al lado de la plaza de Vigo, que ya está cerrado. Que ese lo teníamos a mano por tema familiar y además nos ahorrábamos bastante figuración, también lo digo [risas]. Después también se utilizan bastantes localizaciones de diferentes bares de la ciudad, de los que se prestaron a aparecer...

J. L. En la calle Orzán basicamente. La gasolinera de Os Castros también sale por ejemplo.

S. L. Había la idea de no sacar sitios completamente identificativos. Que pudiese ser una historia que, en un entorno urbano, no se identificara claramente qué ciudad es. No hay secuencias tiradas en sitios emblemáticos como la torre de Hércules. Tiramos mucho de callejones, de zonas que tiran a lo suburbano.

J. L. Esa estética nos ayudó también para la historia.

-¿Cómo es la sensación de participar por primera vez en un certamen internacional pero que, al mismo tiempo, jugáis en vuestra casa?

J. L. Jugar en casa ayuda pero es todo nuevo para nosotros. No es nuestro fuerte hablar en público...

S. L. Claro. Estás mucho más cómodo al otro lado de la cámara. A nosotros pues nos gusta grabar... Entonces ponerte en el otro lado y que tengas que hablar y exponer lo que tú haces es ilusionante pero al mismo tiempo da bastante vergüenza. Da palo exponerte así pero es una experiencia.

Agradecimientos

Ambos entrevistados han querido hacer una mención especial al resto del equipo que ha producido Cafeína: Isabel Naveira, Nani Matos, Pilar Boullosa, Bastián Lobato, Marinha de Toro, Johnbetbof, Andy Leal, Raúl Varela, Patricia Suárez, Sabela Dobarro, Uxía Rodríguez, Jonás Souto, Xavi Moreira, Ales Santos y Adrián López.