Manuel Díaz, el coruñés tras Muna Duval: «Me refugio en el personaje para sobrellevar mi depresión»

A CORUÑA CIUDAD

El coruñés Manuel Díaz y Muna Duval, el personaje que interpreta.
El coruñés Manuel Díaz y Muna Duval, el personaje que interpreta. M.M.

Este viernes presenta en A Tobeira de Oza (Merced, 24) su libro «¡Esta es mi historia!», donde narra su vida como pionero del performismo nacional

16 may 2025 . Actualizado a las 08:40 h.

«Descubrir que era diferente me salvó la vida, pero me la hizo muy difícil». Así resume Muna Duval —alter ego del coruñés Manuel Díaz— una existencia marcada por el estigma, el arte y una lucha constante por ser quien es. Pionera del transformismo en España, la artista acaba de publicar sus memorias, ¡Esta es mi historia! (Editorial Azur), un testimonio directo y valiente sobre décadas de acoso, clandestinidad y, más tarde, reconocimiento.

«Cuando empecé en el transformismo te apaleaban por ser gay», confiesa Manuel. Un riesgo que asumió sin dudarlo porque en Muna Duval encontró la manera de vivir con una depresión crónica que comenzó en la adolescencia, con el rechazo sufrido en el colegio y familia, tanto en A Coruña como en Madrid, adonde tuvo que huir por problemas familiares —lo cuenta en el libro— a los 9 años, junto con su madre. «La depresión me convirtió en una persona completamente introvertida. Desconfiada. Siento muchísimo miedo por las personas en general. Por eso el personaje de Muna me ha venido muy cómodo, me refugio en el personaje». Toda esa vida, la suya pero la de tantos otros, la presenta este viernes (19.00 horas) en A Tobeira de Oza (Merced, 24).

Manuel Díaz, el hombre tras Muna Duval, presenta su libro «¡Esta es mi historia!»
Manuel Díaz, el hombre tras Muna Duval, presenta su libro «¡Esta es mi historia!» MARCOS MÍGUEZ

«Mamá, quiero ser artista…», fue una de las frases que acuñó desde muy pequeño. Y terminó no siendo solo una, sino muchas: Rocío Jurado, Montserrat Caballé, Freddie Mercury o su gran referente, Bárbara Rey, a quien imitaba con solo seis años. «Me ponía la ropa de mi madre y me tiraba al patio creyéndome Bárbara. No sabía lo que era el transformismo, ni siquiera la homosexualidad. Solo jugaba», recuerda.

Aquel juego, sin embargo, le costó insultos, palizas y expulsiones. El colegio católico donde estudiaba en Madrid lo echó cuando descubrieron su orientación sexual. Eso fue a los 14 años. Y ahí decidió no volver a estudiar y pedir ayuda psicológica: «Sabía que no podía más». Sin embargo, el arte fue su salvación. Debutó en 1989 y no tardó en hacerse un nombre. Fue conocida como «la otra Marta Sánchez» y compartió escenario con Lola Flores, Raffaella Carrà o Antonia San Juan.

En 2005 regresó a su ciudad natal, «una Coruña que ha cambiado mucho», y desde 2015 actúa en el local Claro Boba. «La sociedad ha evolucionado», señala Manuel. «Ahora el transformismo se entiende, se celebra. Antes era un delito. Yo he corrido delante de la policía. He dormido en calabozos. He estado detenido», sentencia.

Escribir sus memorias ha sido un compromiso con quienes lucharon antes y con las nuevas generaciones: «Quería que mi historia no se perdiera, en homenaje a los que se han ido, pero también por los que están por llegar», concluye.