El rascacielos del Banco Pastor, cien años de historia en el corazón de A Coruña
A CORUÑA CIUDAD














El edificio, el más alto de España durante varios años, fue inaugurado en 1925 tras tres años de obras
15 feb 2025 . Actualizado a las 05:00 h.El 18 de junio de 1918, La Voz de Galicia publicaba en su primera página una breve nota. Bajo el titular «una buena noticia», poco más de 20 líneas daban cuenta de que «la casa bancaria de los señores Sobrinos de José Pastor ha adquirido los edificios que forman la esquina del Cantón Pequeño y Santa Catalina, para derribarlos y construir otro magnífico, en el que instalará sus oficinas». Y añadía: «Bien está que desaparezcan aquellos edificios de anticuado aspecto de lugar tan céntrico». Comenzaba así la historia de un inmueble que hoy, casi cien años después de su inauguración (1925), sigue siendo un referente en la ciudad.
A mediados de 1918, con la Primera Guerra Mundial dando sus últimos coletazos y una fuerte crisis de la construcción, la decisión del entonces presidente de la casa Pastor, Ricardo Rodríguez Pastor, de construir una nueva sede suponía «un despertar brioso del capital, que desde hace tiempo no daba públicas señales de existencia».
Hubo que esperar, sin embargo, a finales de 1921 para que el proyecto, firmado por los arquitectos Antonio Tenreiro (sobrino de Ricardo Rodríguez Pastor) y su compañero de estudios Peregrín Estellés, fuese expuesto en el Ayuntamiento coruñés. «Trátase de un basto y soberbio edificio de 40 metros de altura, sobrio en líneas y de una gran sencillez decorativa en su conjunto», describía La Voz en octubre de ese año. «Todo un gran edificio, aun más que bonito, severo, majestuoso y adecuado», añadía.
Se trata, según explica el profesor de la Escuela de Arquitectura Fernando Agrasar y editor de una extensa monografía sobre la obra de Antonio Tenreiro, de un proyecto en el que numerosos estudios encuentran las huellas de la arquitectura de la Escuela de Chicago. No obstante, explica Agrasar, «la indiscutible relación entre el Banco Pastor y la Escuela de Chicago no mantiene un paralelismo inmediato, ya que la carga ecléctica del banco está aún muy relacionada con las formas clásicas y neobarrocas del estilo afrancesado Beaux Arts, no en vano, Tenreiro definía el estilo del banco como un “Barroco modernizado”».
«Será la primera casa moderna que se alzará en los Cantones», resumía el Boletín Casa América-Galicia en diciembre de 1921.
«Contendrá una planta baja, destinada con la de sótanos a la banca Pastor, una planta de entresuelos, planta comercial para tiendas, almacenes u oficias y ampliación de los servicios del banco; siente plantas de cuatro viviendas cada una para alquiler, y una planta de ático para habitaciones de criados o porteros», detallaba la revista Centro Gallego en marzo de 1922. En el edificio, de hecho, residió toda su vida Pedro Barrié de la Maza, entonces vicepresidente, director general y accionista mayoritario de la entidad bancaria, y también instalaron allí su estudio Tenreiro y Estellés.
La obra no estuvo exenta de detractores, ya que, según explica el arquitecto José Ramón Soraluce Blond en un extenso trabajo sobre el Banco Pastor, «las polémicas suscitadas por sus proporciones, desmesuradas para el caserío existente en la zona, pudieron ser contrarrestradas por la actitud progresista de la propia corporación municipal, que no ponía reparos a modificar puntualmente las normas urbanísticas locales que se remontaban a 1892, siempre que beneficiaran a la imagen moderna de la ciudad».
Tras ocho meses, «dos de los cuales fueron dedicados a la cimentación, cuya profundidad media es de siete metros», la estructura del edificio, «todo de hormigón armado», quedó terminada en diciembre de 1922. «Terminó el rascacielo», tituló entonces La Voz de Galicia, que recogió que «para solemnizar la feliz terminación de la obra, se dispararon numerosas bombas desde el último piso de la nueva casa, sonaron alegres la gaita y el tamboril del país y se colocó en lo sumo del edificio el verde ramo —un árbol entero en esta ocasión— con que nuestros obreros tienen por costumbre indicar el remate de sus tareas cuando durante su curso no hubo accidente desgraciado que lamentar».
Las obras concluyeron tres años después y las nuevas instalaciones se inauguraron el 8 de noviembre de 1925, unos meses después de que Sobrinos de José Pastor se convirtiese oficialmente en Banco Pastor.
«La inauguración constituyó una nota local, una efeméride que hará etapa en el orden del progreso coruñés», contaba La Voz unos días después. La entidad, decía, «ha dado prueba imponderable de su gran potencialidad económica, levantando en la mejor avenida de esta ciudad un edificio de ingentes proporciones». «Un palacio obra de gallegos y honra de Galicia» que pronto cumplirá cien años.