A Coruña reivindica su gran batalla

D. Vázquez A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

The Royal Green Jackets guiaron a un grupo por los lugares más significativos de la contienda que enfrentó en 1809 a los ejércitos del mariscal francés Soult y del británico general Moore, enterrado en San Carlos

19 ene 2025 . Actualizado a las 21:25 h.

Christine Bickley, Tim Gatward-Warner y Philip Reynolds, del regimiento 71 ST HLI, perfectamente uniformados, fueron la representación que llegó del Reino Unido para acompañar al historiador ya adoptado como coruñés Mark Guscin en su papel de John Moore en el frente británico que participó estos días en los actos del 206.º aniversario de la batalla de Elviña, organizados por The Royal Green Jackets.

Son veteranos en estas lides. Philip visitó A Coruña una treintena de veces y Christine, que reconocía que «la ciudad es muy linda», cinco.

Manuel Arenas, presidente de la asociación histórico cultural y apasionado por reivindicar la contienda que en 1809 permitió la huida de las tropas británicas a su país tras replegarse ante la ocupación francesa, fue quien ejerció de guía para el recorrido en bus que propusieron para dar a conocer los lugares más señalados de aquella contienda histórica.

Entre los 53 asistentes que secundaron la propuesta estaban Verónica Montes, que acudió para narrar la actividad en sus redes sociales, y Luis Miguel Gallego, que reconocía que lo hacía para «conocer un poco la historia de A Coruña». Uxía Cajilde, que fue con su pareja, participó tras escuchar la actividad en la radio. «Me pareció muy interesante, me enganchó y quiero saber más», dijo. Olga Casal, por su parte, reconocía que fue «para aprender y para conocer un poco más esta ruta que me parece tan importante en la historia de A Coruña y los propios coruñeses no conocemos», aseguró.

La salida y llegada fue en el Cantón Grande, ante la placa con la que se conmemoró, en el centenario de la batalla, el antiguo emplazamiento de la casa del comerciante coruñés Genaro Fontenla, en la que falleció el general Moore tras resultar herido en la batalla aquel 16 de enero por una bala de cañón.

La primera parada fue en el puente de O Burgo, cruzado por las tropas británicas en su retirada y que habían volado para impedir el alcance de los franceses y ganar tiempo para embarcar en la bahía. Allí explicaron curiosidades de los uniformes y cómo los escoceses que participaron transformaron sus kilts en pantalones. También allí pudieron escuchar el estallido de un mosquetón, en una clase práctica de armas.

La siguiente parada fue en la fuente de Elviña, que el Gobierno británico pagó en recuerdo del agua que apagó la sed de sus tropas. Arenas relató ante la iglesia de la zona que por el bicentenario de la batalla un problema en el envío de la invitación frustró la presencia de Carlos de Inglaterra en el acto. Quienes sí llegaron unos años antes, en 1931, fueron Eduardo VIII, como príncipe de Gales, junto a un hermano. Visitaron la ciudad y la pena Galiacho, un mirador perfecto para la zona del enfrentamiento. Arenas recordó que la placa de aquella visita se perdió tras unas obras, pero el empeño del funcionario municipal Celso Madriñán permitió recuperarla tras excavar en la zona.

A los visitantes también les enseñaron la granja de los franciscanos, en A Zapateira, donde el mariscal francés Soult tenía el puesto de mando y, en lo que fue campo de batalla y ahora campus universitario, el monolito con el texto que este militar mandó grabar después de la batalla como reconocimiento al valor demostrado por Moore antes de morir. «Recuerdos a tu hermana», fueron las últimas palabras dichas por el sir a uno de los hermanos de su amada lady Stanhope que lo acompañaron en la contienda coruñesa y el origen de la leyenda que recoge que ella sigue acudiendo al jardín de San Carlos a visitarlo los 16 de enero.